sábado, 25 de enero de 2014

Vivo por fuera y muerto por dentro XVII

Capitulo 17-Búsqueda

En la mañana con un sol magnifico y sus rayos iluminando los árboles que apocaban la mayoría de rayos y solo dejaban pasar algunos débiles y tenues, iluminaban algunas partes del edificio, y rodeados de enromes árboles con hojas que parecían crisocolas colgando de las ramas castañas, verdes cazador y arlequín eran los colores que más se presentaban. La mayoría de todos los chicos estaban despiertos, la mayoría estaba levantada, a excepción de John y Vel, ambos estaban acostados y dormidos, como se quedaron en la noche acurrucados y abrazados. Entre ronquidos y sueño pesado que cada uno se cargaba Jey interrumpió en la habitación con un grito.
-¡Flojos ya levantence!
-¡¿Qué pasa?!
Grito saltando conmocionado Vel.
-¿Qué pasa Vel?
Pregunto John aún con los ojos cerrados.
Jey noto que Vel no llevaba camisa, John la blanca de tirantes y ambos en bóxer.
-Lo siento... No quería... ¡Pervertidos!
Dijo Jey pegando un grito al final, trabandoce un poco y eneredandoce con su propia lengua.
-¿Por qué nos llamas pervertido?
Pregunta Vel enojado.
-Púes, mírate estas en bóxer, con un hombre en la misma cama ¿Eso no es indicio de perversión?
Respondió Jey enojada y hecha un tomate.
-¡¿Qué?! No hicimos ¡nada! Qué tu lo mal pienses y digas que hemos hecho algo malo es muy tu problema. Habló John levantandoce.
-Si no hicieron nada, entonces ¿porqué están así?
-Púes...
Se quedo sin palabras Vel.
-Tenía miedo, por eso lo cuide. Completó John.
-¡¿Qué?!
Exclamó Vel.
-Ya veo, entonces no creó que haya mucho problema... Pero a la siguiente por lo menos avisen ¿si?
Dijo algo divertida Jey.
-La que tuvo que haber avisado fuiste tu. Respondió Vel.
-Calla, bueno mejor me voy. Cambience rápido nos mando a recolectar comida. Argumento Jey mientras se encaminada hacía la puerta Jey.
Con un saco negro hasta las rodillas, una camisa de tirantes azul obscuro con una marca de corazón en medio, unos jean's negros y las botas negras pesadas y gruesas. Con él cabello negro ondulado cayendo por su espaldas y hombros, con la mirada simple y amistosa, dejo salir una sonrisa en su boca, con el mechón azul eléctrico flotando un instante, hasta que salió de la habitación por la puerta dejando ver su ojo café como el chocolate, con los brillos rodeados de un tono siena y sombras color ocre, dejo escapar algo que a Vel le recordaba, y por primera vez pudo contemplar los ojos, o mejor dicho, él ojo que parecía una Agata, era ese ojo tan peculiar de Jey.
-De acuerdo. Asintió John, levantandoce de la cama se estiro y la camisa blanca se levanto hasta el ombligo, sudado de la parte inferior de su torso, se pegaba el bóxer, tanto por detrás y los músculos de John hizo sonrojar fácilmente a Vel, esté se volteó a pesar de querer seguir viendo el cuerpo de John.
-Tranquilo, no te pienso hacer nada. Dijo John tomando la camisa negra que estaba en el cajón a un lado de él.
-Es que... Deberías vestirte. Dijo Vel tartamudeando.
-Vel, quiero que me veas como una persona sí, no tienes que avergonzarte por verme, y tampoco por no dejarte ver. Le comento a John tranquilo y sin alguna emoción.
-Es que... Nunca había pasado algo como esto, John es un poco penoso. Admitió Vel.
-Pero no tiene que ser penoso si no quieres, ¿vale?
Le dijo John a Vel mientras se ponía los pantalones azules, ya con la camisa puesta y marcandole los músculos.
-Eso quiero, pero...
Quedando en silencio un pequeño instante hasta que retomo la palabra. -No es tiempo para hablar de esas cosas, tenemos que ir por esas cosas si no es que Albert tiene otra sorpresa.
-Lo se. Admitió John.
Cuando Vel se cambió salió del baño, se había ido a lavar los dientes y aún tenía desabrochado el pantalón de mezclilla, con una camisa blanca nieve que undulaba al llegar a la cintura, y un collar en forma de gota de color azul, era una hemiformita. Un regalo para Anny por haber sido valiente todo este tiempo, ya estando todos listos para salir John le abrocho le pantalón a Vel.
-¡¿Qué te pasa?!
Exclamó Vel.
-No puedes ir por hay con el pantalón abierto. Argumento John cerrándole el cierre con la mano derecha.
-Es... Muy incomodo John. Dijo Vel casi susurrando para que solo John lo logrará escuchar.
-Ya, tranquilo, mejor pongámonos en marcha.
-Es cierto. Dijo Vel al final, y saliendo del edificio se encontraron a Albert de pie esperando que salieran. Con una camisa de cuadros café, unos jean's azules y sus botas café, sin chaleco ni nada. John y Vel se soltaron cuando les dirigió la mirada.
-Hola señor, buenos días. Saludo Togam y Juria.
-Hola Albert. Completo los demás con caras desinteresadas.
-Hola bastardos. Saludo muy sutilmente para que no notarán su odio y enojo que siempre se cargaba. -Como saben, los mandaré a una recolección, pero púes no es una simple recolección, es una recolección de datos. Algunas notas y periódicos hablaban de una clase de esas cosas que no tenían piernas y se arrastraban. Así que irán a ver si es cierto y recolectarán información.
-Pero, ¿Cómo?
Pregunto Paty algo asustada.
-Jugando y preguntándoles. ¡No seas estúpida! Es más que obvio que peleando niña retrasada. Regaño Albert a Paty.
-No le hables así a Paty. Rugió Jey casi por naturaleza.
-Cierra la boca maldita zorra. Dijo y seguido le golpeó con el brazo a Jey, pero se metió Brun.
-Aléjate maldito bastardo. Dijo Brun con una mirada fulminante, pero no para Albert.
-Qué lindo, un trío de escuincles. Gruño Albert pateando en la pansa a Brun y dejándolo tirado en el suelo frío.
Togam quiso lanzarse para auxiliar a Brun, pero su trabajo se lo impedía, no podía ayudarlo aún que quería hacerlo. Y Juria miraba con mirada fría e inexpresiva.
-Creo que ya es mucho, ¿no?
Sugirió John con una sonrisa fingida y un brillo vacío.
Albert se enojo pero se calmo. -Creo que tienes razón chiquillo, es mejor vomitar que perder el tiempo con ustedes miseria de humanos, chico falso. Y con las ultimas palabras se dirigió a John quién sonreía todavía, Vel se altero un poco pero pudo disimularlo. Hasta que por fin se marcho dirigiendoce al interior del edificio.
Todos lo miraban con odio y rencor, pero Togam y Juria permanecieron inmóviles hasta que la silueta de Albert desapareció, parecía que su figura de difuminaba con la oscuridad del primer piso gris metálico y negro penumbra.
Juria se acerco a la puerta para ver si Albert regresaba, Togam fue a ayudar a Brun, y Jey se sobaba el cachete rojo con lagrimas de odio que le recorrían ligeramente la cara hasta la barbilla y caían en el  cemento pesado.
-Es un maldito hijo de- Dijo Jey siendo interrumpida por él hombro de Vel.
-Tranquila, dejemos que se recuperen un poco y después empezamos. Recomendó Vel dirigiendoce a todos, los demás aceptaron.

Ya a medio día, unas dos horas de lo que había sucedido Brun estaba bien, Jey ya no tenía lo rojo del cachete, solo le dolía un poco, pero no tenía ninguna marca o moretón. Cuando Juria hablo.
-Chicos, tengan cuidado con ese hombre, es demasiado fuerte.
-¿Por qué lo dices?
Pregunto Paty asombrada.
-Es una historia que espero contarles más adelante, pero ahora vamos por esas cosas. Comento Juria cambiando de tema fácilmente.
-De acuerdo, te creo. Confeso Eric tomando la espada europea recargada en el árbol. Una espada pesada y plateada, con una hoja larga y gruesa, evidentemente letal. Con el mango envuelto de cuero negro, un anillo azul prusia que llegaba hasta un cuarto de la hoja.
-Dime Eric. ¿Cual es tu historia?
Pregunto John, ayudando a levantarse a Jeim.
-Bueno, es un poco larga. Consiguió decir seguro.
-Púes tenemos un largo camino, nos puedes contar mientras tanto. Aseguro Jeim.
-Sí, me interesa tu pasado. Admitió Juria, dejando todos observándola asombrados. -Bueno, es que si vamos a tener a alguien más es mejor estar seguros.
-Tiene razón Juria, ¿nos puedes contar?
Sugirió Vel, pero solo eso, sugirió.

Ya en el camino Eric les comenzó a hablar.
Cuando estaba caminando por la calle para ir a la escuela, noté que gente estaba corriendo por la avenida principal de Gulantres, al ver las caras de horror de las personas me dirigí a ver que era lo que sucedía, pero al llegar la gente que no estaba corriendo y se tropezaba se fijaron en mí, quizá por el horrendo uniforme de mi escuela, gris con lineas amarillas de mírame ahora. Se dirigieron a mí, yo pensé que iban a preguntar que hacía así, pero noté que esa gente le faltaba carne en la cara, las manos, o les faltaban extremidades enteras, así que corrí para escapar, sabía que si me llegaban atrapar la pasaría muy mal.
Corrí en la dirección contraría hacía donde toda la gente se dirigía, pero cuando me detuve supe porque corrían. Estaba un enorme montón de esas cosas caminando, no podía contarlos, así que corrí a un callejón donde me escondí en un bote de basura. Pasaron cierto tiempo, de hecho logré conciliar el sueño, pero cuando desperté era la tarde, los colores anaranjados del cielo se tornaron rojos cuando a mi alrededor solo había sangre, no unas ligeras marcas, sino una capa de sangre fresca que dejaba anchados mis zapatos, y montones de cuerpo con los órganos al descubiertos, pero eran todos o la mayoría de órganos.
Empecé a caminar cuando sentí una mano en mi pierna, yo sentí mucho miedo, y cuando gire la cabeza para esperar que una de esas cosas me devorará el pie mi cara paso de mido a compasión. Era una mujer que me pedía ayuda, pero soltó un grito y al ver sus piernas tenía a una de esas cosas, pero no un adulto o anciano, en cambio, era un niño de no más de diez años, tome el cuter de mi bolsillo, el cual había preparado antes de salir y me puse en defensa, la mujer soltó mi mano y sus ojos dejaron el brillo de la vida, solo quedo la sombra de la muerte en aquel lugar. Cuando ese niño se dio cuenta que yo estaba ahí salto en contra mía, yo solo me agache u logre rasgarle el cuello, lo suficiente para que el niño no pudiera sostener su cabeza, le había cortado la mitad del cuello, y cuando giro bruscamente su cabeza se vio obligada a caer, seguido del cuerpo. Desde entonces empecé a buscar mapas y revisar en sitios de internet algún lugar seguro.
Cuando estaba caminando sin algún objetivo llegue a una gran carpa, cuando me metí estaba Albert, era un vecino que pocas veces estaba en casa, pero me dio un pase seguro con él, y así fue, además de encontrar a la chica que ahora es mi novia, Noscan.
Pero eso es otro rollo, el cazo es que todo el camino estuve en el mismo camión que él, y cuando los cambio me dijo que me quedará e hice caso. Desde entonces me llamo la atención la manera en la que peleaba Juria. Cuando tuve que buscar comida antes de encontrar a Albert, tuve que asaltar y matar, por unas cuantas latas, algo de lo que me acuerdo gloriosamente es que me quede un buen rato en un centro comercial con otros amigos que hice en mi camino, conseguí ropa, comida, agua y diversión por un buen rato, hasta que un amigo decidió matar a todos por una broma que le hizo una chava, todos murieron pero yo logre salir por detrás del centro, y cuando estaba en lo alto de un edificio noté la carpa enorme, y decidí ir en busca de ella, tenía un nombre extraño y el mismo logo que el de la entrada del edificio.

-Entonces dices, que... ¿Tienes novia?
Pregunto Juria.
-Si, seguro no la conocen, es muy tímida pero ya me ha cansado. Admitió Eric.
-Pero, ¿por qué?
Pregunto nuevamente Juria.
-Es que, es muy empalagosa y parece chicle cuando estoy con ella. Comento Eric.
-Bueno, es una historia asombrosa, además conocías a Albert desde antes. Dijo Brun.
-Sí, pero casi nunca estaba, solo lo veía una o dos veces por año, me sorprende que me haya reconocido. Argumento Eric mientras sostenía la espada.
Para cuando se dieron cuenta, estaban ya cerca de las alcantarillas, y eran ya las cuatro de la tarde, con el otoño cerca, ya empezaba a hacer frío, pero solo eso, encerrados por un laberinto de árboles enormes, pensaron en hacer casas en los árboles, nunca se podía saber lo que podría pasar, y aunque aceptaron, no sabían cuando.
Cuando John escucho un crujido de hojas secas, ramas tiradas en el piso, y gemidos de esas cosas tomo a Vel por los hombros y lo acerco a su pecho.
-Son esas cosas. Dijo en voz baja Togam tomando con ambas manos un rifle se asalto, una Heckler & Koch G36, de color negro y lineas rojas que seguramente pinto ella. Jeim quito el seguro a su FN Minimi, color verde jade pintado por Albert en sus viejos tiempos. Vel tomo sus dos Walther P99 y esperaba el momento para meterle una bala en el cerebro a una de esas cosas con sus armas de color negro puro y brillos que se reinaban de darle una forma silueta perfecta en las sombras. Brun tomo una katana ligera y larga, con un mango de color amarillo ámbar. Jey saco un cuchillo, el mismo de antes pero ahora tenía más filo. Juria preparo su hacha y la recargo sobre su hombro, estaba algo perdida. Eric se puso en pose, preparando un golpe eficaz. Paty arrojo agujas amarradas con los hilos a los árboles.
Pero una de esas cosas apareció arrastrandoce, sin piernas, una cola de reptil y cubierta de escamas hasta la cintura, donde quedaba lo que parecía la cabeza de una serpiente, con manos enormes, largas y descomunales pero humanas, una cabeza de humano sin el ojo derecho pero unos colmillos de lobo que sobresalían, parecía como si un humano se hubiera fusionado con una serpiente cuando esta se lo estaba comiendo, pero en ciertas áreas tenían puntadas, y marcas de hilos. Subió por un árbol pero cuando salto fue cortada a la mitad por uno de los hilos, cuando cayo el cuerpo este seguía retorciéndole, y cuando paro, más salieron de las copas de los árboles, los arbustos, los montones de hojas secas, las alcantarillas y todas se acercaban a ellos, algunos con piernas y brazos de serpientes, otros normales, o hasta algunos sin cabeza y en cambio una cara de serpiente mal puesta.

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