Capitulo 12- Togam...
Una figura humana se encontraba descansando en lo alto de una piedra, húmeda y firme, de color gris obscuro con brillos azules. Estaba rodeado por agua, pura y transparente, brillosa que casi parece un espejo, reflejando la luna menguante, como si fuese la sonrisa de un niño, blanca e imponente. Los rayos de luz lunar se estampaban en la parte inferior de la roca, algunos peces se lograban ver en la transparente agua, de colores azul gélido, morado tranquilo y plata perla, desaparecían en instantes, estaba una pierna blanca y delgada colgando, era na mujer que posaba con su otra pierna sobre la barbilla, con camisa azul lavanda, shorts café claro, cabello ondulado y flotante en el aire, rojizo como fuego. brillantes brillos naranjas y sombras carmesí, estaba Togam, en la piedra rodeada de agua y hojas de flor de loto con pequeños peces gato nadando alrededor de ella, estaba con la mirada baja esperando dormir, sin embargo, el sueño la abandono sin más. Con los ojos llorosos y quebradizos, dejaban ver el dolor que se acumulaba en ella, ojos azules con ligeros brillos blancos y otros morado obscuro, relucían en el ambiente.
-¿Qué haces aquí?
Pregunto un chico, Togam se giro para ver quien le pregunto.
-Nada... Es mejor... Irme. Dijo ella mientras se levantaba, pero fe detenida tomándola de la mano.
-No te preocupes, me gustaría hablar. Dijo el joven, cuando ella decidió ver quien era, levanto la mirada para descubrir que era el chico de cabello de plata. -Siéntate, no te preocupes.
-De acuerdo. Dijo Togam sentadoce en el mismo lugar.
-Me conoces ¿no?
Pregunto el joven.
-No ¿Quien eres'.
Respondió Togam con otra pregunta.
-Alguien, Togam cierto. Dijo el joven metiendo la mano en el agua y algunos peces se alejaron de él a toda prisa. -Bueno, me gustaría saber... ¿Qué paso en el camión de los niños?
Volvió a preguntar.
-No puedo decírtelo. Dijo Togam con los ojos abiertos.
-Dime. Insistió el joven, con una sonrisa de oreja a oreja. -Solo escuche gritos de niños, y quiero saber porque.
-No, lo siento. Dijo Togam con fuerza, con un recuerdo atravesando su mente, solo recordaba los niños tendidos en el suelo con marcas en la manos, piernas, caras y espaldas. Recuerda el cinto con sangre y piel, las manchas en el suelo y a Anny, solo quería olvidar.
-¿Tu lo viste?
Pregunto repentinamente el chico.
-Si... Pero no es el momento justo para hablar de ello, si lo hago me...
Se detuvo Togam, si completaba la frase el ambiente de odio hacia Albert se hacía más fuerte. Pero sabía que él era capas de matarla si abría la boca.
-Esta bien, pero me lo contaras ¿verdad?
Dijo el joven calmado y con una mirada alegre.
El chico se levanto y le extendió la mano.
-¿Quieres venir, los camiones están listos para partir, te están buscando.
-Oh... Lo siento, gracias. Dijo Togam poniendoce de pie y siendo levantada por el joven, cuando escucharon un grito de victoria, era de Juria.
-¿Qué estará pasando?
Se pregunto el chico rascandoce la cabeza.
-Seguro peleo con alguien y gano.
-Seguramente. dijo él sonriendo.
En unos cuantos segundos de silencio se escucho otro grito. Pero esta vez de Brun gritando <<Togam>>.
-Te dejo, necesito informar que te encontré. Dijo el joven despidiendoce de mano.
-Claro, adiós. Dijo Togam un poco más calmada.
Pero aquel muchacho se iba algo decepcionado, sabía que algo paso en ese camión.
-Hola. Saludo cordialmente Brun.
-Hola. Dijo Togam.
-¿Dónde has estado? Te he estado buscando por todos lados. Dijo Brun descansando un poco, ella no sabía que él ha estado corriendo desde que Juria le contó que Togam había salido corriendo después de dejar el camión.
-En ningún lugar... Es solo que... Lo siento. Dijo Togam con la mirada fría.
-No te disculpes, además no tienes porque.... ¿A pasado algo?
Pregunto Brun preocupado.
-No... Bueno, sí. Dijo Togam lanzandoce a Brun para darle un abrazo.
Brun se quedo de pie sin saber que hacer, pero supo que hacer, y la abrazo. Togam empezó a contarle todo, quizás porque, él era la una persona en la que confiaba, si se lo decía a Juria, estaría acabada.
Cuando acabo, Togam se levanto y le dijo;
-Es mejor irme, me están buscando ¿no?
-¿Qué? No, ¿quién dijo eso?
Pregunto Brun algo alterado.
-N-nadie, fue cosa mía. Dijo titubeando mientras recordaba al chico.
-Bueno, es un lindo lugar ¿no crees?
Dijo Brun mirando el lago.
-Si, lugares así me tranquilizan. Admitió Togam.
-Que bueno. Dijo Brun.
-Será mejor regresar, si no pensarán mal. Sugirió Togam tomando del brazo a Brun.
-Ah, claro.
Al estar caminando en el bosque rodeados de árboles Brun se tropeso con un rama que sobresalía del la tierra, Togam lo agarro y quedando algo juntos, a unos escasos centímetros de distancia.
Togam apenada y sonrojada como tomate se alejo, pero Brun la tomo de la muñeca, y al estar perdiendoce en los ojos de Togam, Brun le dio un beso tocando sus labios, por su parte Togam no se resistió, a pesar de ser unos cuantos momentos, Togam sonrió y se fue corriendo, quedando Brun impresionado de sí mismo.
En la mañana soleada y algo calurosa, estaban los chicos platicando de quienes se les hacían bonitas, sus experiencias y la vida que tenían antes.
Vel estaba muy ocupado leyendo la saga de los siete pecados capitales, John dormía, Jeim y Brun estaban hablando de lo mismo, Paty cuidaba a su hermano.
-Paty, ¿cómo manejas los hilos?
pregunto Jeim.
-Oh, es simple, en mi familia me enseñaron gimnasia y ballet, y cundo tenía doce me enseñaron a maniobras hilos, y después encontré los hilos metálicos en la habitación de mi madre cuando todo eso empezó. Respondió Paty alegre.
-Entonces... ¿Eran de tu madre?
Pregunto algo temeroso Jeim.
-Si, eso me parece dijo Paty. -Pero solo e manejar a lo mucho diez u once, pero a diferencia de los que encontré, con más de cuarenta.
-¡Wow! Esos son muchos. Dijo Jeim impresionado.
-Si, y me gustaría manejarlos todos.
Vel cerrando el libro de pasta rojo sangre, se dio cuenta que en la portada, estaba un escondite cuando paso su mano sobre la superficie apreciando la portada.
Una portada hermosa, con una figura humana y una ala abierta que salía de su espalda, todo era una sombra y delante de ella, estaba un océano rojo, era de pasta gruesa, con un listón negro que separaba las hojas donde se había quedado. Y en el escondite, ubicado por debajo de un relieve peculiar en el mar, estaba un nota. Y decidió despertar a John.
-Mira, una nota antes del incidente. Dijo Vel enseñando cuidadosamente el papel.
-¿Qué?
Pregunto John aún con saliva seca en su boca, y los ojos entre-cerrados.
-Una hoja antes del fin del mundo. Le murmuro a John.
-Esas cosas están prohibidas, ¿dónde lo encontraste?
Pregunto John sorprendido.
-En el segundo libro, y estoy seguro que hay más en los otros seis, tenemos que leer.
-¿No es muy peligroso?
Pregunto John acomodandoce en el asiento.
-¿Y?
Dijo Vel. -De igual manera, no podemos vivir en la ignorancia siempre.
Y tenía razón Vel, tanto él como todos, tenían dudas de lo que había sucedido.
-Y dime, ¿Dónde lo leeremos, sin que se den cuenta eh?
Pregunto John.
-Simple, en la siguiente pelea, siempre descansamos un poco, porque no en ese momento. Dijo confiado Vel.
-Me parece buena idea, pero ahora... Solo déjame dormir. Dijo John dejando escapar un bostezo y cerrando los ojos.
-De ninguna manera, son las diez de la mañana, es muy tarde como para seguir durmiendo. Dijo Vel moviendo a John.
-Déjame. Dijo John mientras trataba de quitarlo con una mano.
-No, mejor levántate. Dijo Vel mientras seguía molestando a John.
-No quiere que te deje solo ¿verdad?
Dijo John girando la cabeza.
-¿Q-qué? ¡No!
Exclamo Vel, y todo el camión escucho su grito de protesta.
Seguido de esto, Vel se metió al baño y se lavo la cara.
-¿Escuchen bola de insectos, lamento informarles que, tendrán que dormir todo lo que puedan, porque mañana por la noche pasaremos por un bosque, con árboles muy grandes que incluso tapan el sol, así que estaremos a oscuras, con edificaciones abandonadas y quizás... muchas de esas cosas!
Dijo Albert a través del micrófono. -¡Estoy hablando de Chernobyl!
Vel no le sorprendió para nada eso, mientras a los demás los tenía horrorizados.
Hace mucho tiempo que paso eso, sin embargo, la radiación dejo de existir, quizá porque la guerra bioquímica-nuclear absorbió todo.
En el dos mil catorce cuando las primeras pruebas de una sustancia que recudiera o aniquilará la radiación de ese lugar se llevaron a cabo, se intentaron muchas, pero intento tras intento, nada lograron. Cuando dejaron ir una espora experimental hecha en el mismo lugar se lanzaron por encima, cubriéndola de polvo rojo y naranja, se lanzo un liquido denominado STAM en honor al grupo de científicos que lo crearon, un incendio se hizo presente, no cualquiera, un fuego que prendía en llamas el aire, o más bien, el aire contaminado de radiación, pero no quemaba la materia en sí, solo lo limpiaba y no dejaba cenizas, todo fue por accidente, solo querían jugar un poco con su creación de color amarillo, por lo que, no fue más que suerte. Cuando seso el fuego, revisaron si aún quedaba radiación, pero nada, cero.
Pero en el centro de la ciudad se encontró una esfera denominada LIFE que fue llamada así por su estampado tan parecido a flores, era morada y azul, de un manera circular que se mantenía en el aire manipulando las energías electromagnéticas, pero fue tomada y llevado a otros centros de investigación, y hasta hay saben todos.
En la ciudad, el fuego hizo crecer a las plantas infectadas de una manera asombrosa, quedando así, El bosque de la vida.
Aún así, la gente se negaba a regresar a ese lugar, por el simple hecho de que, tenían miedo, pero ya no había radiación.
-Nos quedaremos en el centro, en algunos edificios. Los jóvenes se quedarán a cuidar como guardias, esta prohibido, salir corriendo como niñas, ¡¿Me escucharon bola de miserables?!
Gruño Albert y cerrando la comunicación verasmente.
-Vaya pedazo de idiota. Dijo Paty con el seño fruncido.
-Vaya, no sabía que te enojarás niña.
-Cierra la boca. Mascullo Paty y siguió tejiendo.
Cuando estaban llegando, algo le pareció muy peculiar a Vel. El aire y el lugar estaba infestado y sumergido en una bella niebla plateada, apenas susceptible para los conductores, y rodeados de árboles enormes y majestuosos, les impedían la luz del sol naranjo y amarillento. Vel intento no perderse en la espesa niebla, pero se dispuso a leer, en el pecado de la soberbia estaba recolectando los papeles que se encontraban en cada una de las portadas, sin que nadie los observara.
John apenas se estaba despertando del sueño profundo que tomo cuando estaban a mitad de camino, Paty dormía junto a su hermano, que por primera vez no vestía con la mascara blanca, con los ojos cerrados, pestañas agrandes, piel morena clara, cabello café largo y algo rizado, con camisa azul claro, despierta y con unos ojos grandes color verde observa el alrededor, pero, ¿De qué estará enfermo?
-Hola Jorge. Saluda con una sonrisa amigable en cara y meneando la mano Brun.
-Hola. Devolvió el saludo Jorge y luego pregunto. -¿Ya llegamos?
-Si, solo falta estar un poco más cerca de un edificio en buenas condiciones.
-Entiendo, me despiertas cuando logremos llegar ¿si?
-Pero por supuesto. Dijo Brun sin dejar la sonrisa.
Cuando se estacionaron no pasaron más que veinte cortos minutos en la mente de Vel y largos en los de John. Cuando Albert encendió el altavoz.
-Escuchen, nos quedaremos un largo rato en el edificio adelante de los camiones, al parecer se han dañado los filtros que hacen la gasolina y tardaremos en arreglarlos, además de que tendrán que ir a buscar la comida para que nosotros podamos vivir, el edificio esta en buenas condiciones, sin embargo, lo malo es que es una presa fácil para esas cosas, los jóvenes se encargarán de resguardarnos, tomarán turnos mientras nosotros dormimos y preparamos lo demás.
-¿Nosotros? ¡Ha! Callare payaso. Dijo Jeim entre dientes.
-El cazo es que, aproximo un mes en este estado, hasta que logremos hacer funcionar los camiones, les diré rápidamente algunas cosas del edificio antes que se bajen como animales.
El edificio es el mejor a diferencia de otros, tiene puertas y ventanas reforzadas, antes fue un refugio cuando el milagro del Bosque de la vida apareció, en fin, los jóvenes estarán en las plantas de abajo, los adultos en medio, los niños y ancianos hasta arriba.
Y corto como si nada la conversación, cuando todos no tuvieron nasa más que organizare.
El grupo de John, Vel, Jey, Brun, Jeim, Paty y Togam serán los terceros, con un cambio de doce por día todo estará bien.
Cuando Vel observo el edificio le pareció muy peculiar y le pareció reconocerlo casi al instante.
De metal frío, gris, con ventanas de cuatro centímetros aprueba de explosiones, brillantes, puertas gruesas y anchas, de unos doce o trece pisos le precio contar, aunque algunos pisos desaparecían por la neblina, con puertas gruesas y pesadas en cada piso hasta el cuarto.
-¿Pasa algo?
Le pregunto John a Vel.
-Parece como si lo conocieras. Dijo Juria llegando con Togam apareciendo en la niebla como fantasmas.
-No es nada. Comento Vel cuando todos estaban bajando maletas y mochilas.
-Parece que has visto algo en ese edificio. Comento Paty caminando junto con Jorge acercandoce a una puerta.
-Es enserio... solo que...
Dijo sin terminar cuando todos iban sacando sus mochilas entre hombros.
-Enserio, ¿Pasa algo?
Insistió John.
-Es que, se me hace muy familiar. Dijo Vel observando un figura ópacada por la niebla moviendoce.
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