Capitulo 18- Estilo
P
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aralizados, sabían que no podrían ganar, eran muchos, así que
pensaron rápidamente, buscaron alguna salida o puerta, algo que les ayudara a
escapar o ganar tiempo, algunos miraban las cosas avanzar a ellos a una velocidad
moderadamente veloz. Hasta que John jaló de la mano a Vel y le indico una
pequeña reja donde podían pasar por debajo.
-¡Vel por acá!
-¡Vel por acá!
Exclamó John corriendo
al enrejado cubierto de plantas y arbustos, sobresaliendo un pequeño metal
puntiagudo que brillaba.
-¡Chicos, por aquí podemos ganar tiempo!
También exclamó Juria.
Todos corrieron hacia la reja y lograron pasar por debajo de la reja, que estaba tan bien camuflada entre montones de hojas secas, enredaderas que crecían y subían en ella de color verde esmeralda y verde limón, y la tierra cubierta de pasto café y amarillento pero con ligeras manchas de verde, pero Jeim fue tomada de su pie por una de esas cosas, con cara de reptil y una mano casi pegada al cráneo la empezó a jalar.
-¡Jeim!
Gritó Togam y con una patada Jeim le incrusto el metal afilado sobresaliente en su ojo, llegando hasta su moribundo cerebro, tapando el pequeño desnivel.
-¡Chicos, por aquí podemos ganar tiempo!
También exclamó Juria.
Todos corrieron hacia la reja y lograron pasar por debajo de la reja, que estaba tan bien camuflada entre montones de hojas secas, enredaderas que crecían y subían en ella de color verde esmeralda y verde limón, y la tierra cubierta de pasto café y amarillento pero con ligeras manchas de verde, pero Jeim fue tomada de su pie por una de esas cosas, con cara de reptil y una mano casi pegada al cráneo la empezó a jalar.
-¡Jeim!
Gritó Togam y con una patada Jeim le incrusto el metal afilado sobresaliente en su ojo, llegando hasta su moribundo cerebro, tapando el pequeño desnivel.
Después de un rato
caminaron pensando en una estrategia, pero todo el tiempo John tomando la mano
de Vel, y con la otra empuñando la espada filosa pero ligera.
-¿Y si regresamos por
más?
Pregunto Jeim.
-¿Más qué?
Regreso Juria con otra pregunta con un tono altanero y algo hiriente.
-Púes, con más personas, más armas... Más posibilidades. Sugirió él.
-Estas más que loco. Comento Juria alterada, se levantó y se fue a revisar el perímetro.
Pregunto Jeim.
-¿Más qué?
Regreso Juria con otra pregunta con un tono altanero y algo hiriente.
-Púes, con más personas, más armas... Más posibilidades. Sugirió él.
-Estas más que loco. Comento Juria alterada, se levantó y se fue a revisar el perímetro.
-¿Qué? ¿Dije algo malo?
Pregunto culpable Jeim.
-No, verás, si regresamos Albert no dejará que nos ayuden o también, si lo logramos, seguramente nos dejará morir o luego nos echaría. Explico Togam. Iré por ella, no se preocupen. Dijo Togam y saliendo trotando en busca de Juria.
Pregunto culpable Jeim.
-No, verás, si regresamos Albert no dejará que nos ayuden o también, si lo logramos, seguramente nos dejará morir o luego nos echaría. Explico Togam. Iré por ella, no se preocupen. Dijo Togam y saliendo trotando en busca de Juria.
-Será mejor hacer un
buen plan. Una buena estrategia. Comento Jey.
-Sí, pero ¿qué?
Pregunto Brun.
Pregunto Brun.
-Podemos acabar con
ellos en partes. Sugirió John.
-Imposible. Cortó
verazmente Vel a John. -No somos tantos para acabar con todos ellos, ni juntos
ni separados.
-¿Alguna idea?
Pregunto Brun.
-Hay una. Sugirió Paty.
-Dinos, si es que tienes alguna. Dijo Eric.
Pregunto Brun.
-Hay una. Sugirió Paty.
-Dinos, si es que tienes alguna. Dijo Eric.
-Sí, tengo una. Dijo
Paty enojada, Eric no le daba buena espina, y prosiguió. -Púes... Bueno, yo
propongo lograr reunir a un cierto número de esas cosas en un lugar de pasto
rodeados de hojas, pero en el centro libre de árboles, amarrar mis hilos y de
un movimiento cortar a todas y cada una de ellas.
-Suena inteligente.
Admitió Jey.
-Sí, pero ¿y las demás de esas cosas?
Cuestiono Eric.
-Sí, pero ¿y las demás de esas cosas?
Cuestiono Eric.
-Simple, las eliminamos
haciendo un segundo anillo alrededor del de Paty, y disparamos a la mayoría,
las demás podrían encargarse cuerpo a cuerpo después de terminar con el fuego.
Termino de decir Vel para que Eric no comentará más, estaba haciéndolo
apropósito para molestar a Paty.
-Me parece genial. Apoyo
Jeim.
-Pero, ¿A cuántos puedes
matar?
Pregunto Jey a Paty, está se giro a mirarla decidida y fuerte. Con sus cabellos cortos hasta los hombros negros como la penumbra que dejaba las enormes sombras emitidas de los árboles, pero el ligero brillo remarcaba y contorneaba su cabello, sus ojos se tornaron naranjas, un naranja fuerte y muy seguro de sí mismo. Como un par de comalias enardecidas por el naranja intenso reflejado de las plantas de este color rodeando a Paty.
Pregunto Jey a Paty, está se giro a mirarla decidida y fuerte. Con sus cabellos cortos hasta los hombros negros como la penumbra que dejaba las enormes sombras emitidas de los árboles, pero el ligero brillo remarcaba y contorneaba su cabello, sus ojos se tornaron naranjas, un naranja fuerte y muy seguro de sí mismo. Como un par de comalias enardecidas por el naranja intenso reflejado de las plantas de este color rodeando a Paty.
-Puedo matar a cuarenta,
cincuenta su caliento bien. Aseguro ella.
-Me parece perfecto, a trabajar yo le avisaré a Togam y Juria. Dijo Vel, después se fue en busca de ambas.
-Me parece perfecto, a trabajar yo le avisaré a Togam y Juria. Dijo Vel, después se fue en busca de ambas.
Ya todos preparando la
carnada, Brun, todos calentando su cuerpo para no lastimarse, Paty calentaba y
se estiraba en lo alto de un árbol, ella nunca le tuvo miedo a los seres vivos,
pero sí a las alturas, pero sabía que de esto dependía mucho. Sabía que tenía
que hacerlo bien, perfecto. Cuando termino esto ella tomo seis hilos, luego
otros seis en su otra mano. Quizá sería demasiado para su cuerpo, pero solo
sería un momento, así que se arriesgaría.
Cuando estaba con sus
padres, ellos le enseñaban a dominar cada hilo con entrenamiento aburrido según
ella, manejando listones en ballet, moviéndose ágilmente con movimientos
elegantes, y mejorando con gimnasia, pero ella le aburría eso, y cada hilo le
tomaba aproximadamente dos años y medio. Ella ahora no tenía eso en ese
momento.
-¿Estas lista?
Dijo una voz.
Dijo una voz.
-¿Quién está ahí?
Pregunto Paty asustada.
Pregunto Paty asustada.
-Soy yo, Vel. Subiendo
por otro árbol, ellos estaban a mínimo, seis metros arriba del piso.
-Sí, gracias... Espero
hacerlo bien. Dijo casi susurrando.
-Lo harás bien, estoy
seguro. Comento Vel. -Solo venía a verte, quería ver que estabas bien, si
necesitas algo solo llámame.
Y apunto de bajar de la
rama, Paty le habló.
-Espera, quiero decirte
algo, necesito tu opinión. ¿Soy bonita?
Vel se quedo sorprendido por eso, con algunos instantes que parecían eternos, minutos que se asemejaron a horas, él respondió.
-Pero claro, ¿por qué lo preguntas?
-No sé si lo soy, me siento inútil, no puedo manejar muchos hilos, además, por lo menos Jey, Juria, Togam ayudan en algo más que yo y tienen mejor cuerpo, solo mírame. Explicó Paty.
Vel se quedo sorprendido por eso, con algunos instantes que parecían eternos, minutos que se asemejaron a horas, él respondió.
-Pero claro, ¿por qué lo preguntas?
-No sé si lo soy, me siento inútil, no puedo manejar muchos hilos, además, por lo menos Jey, Juria, Togam ayudan en algo más que yo y tienen mejor cuerpo, solo mírame. Explicó Paty.
-No digas estupideces, tú
eres muy bonita, sin mencionar que tener un bello cuerpo debes quererte como
eres y no dejarte llevar, además, tus hilos enserio que ayudan mucho. Dijo Vel
con una sonrisa.
Vel le sonrió y empezó a descender del árbol a zancadas grandes, rebotando en las ramas gruesas y cafés, moviéndose con mucha seguridad y libertad, el se vía vivo y se divertía, hasta dejo escapar una carcajada, sosteniéndose con sus brazos y las piernas flexionadas se marcaban sus músculos, cuando llegó al final, John lo sostuvo y cayó sobre él, quedando Vel encima y ambos empezaron a reírse, cuando acabaron las risas, John dio tiernamente un beso a Vel.
Vel le sonrió y empezó a descender del árbol a zancadas grandes, rebotando en las ramas gruesas y cafés, moviéndose con mucha seguridad y libertad, el se vía vivo y se divertía, hasta dejo escapar una carcajada, sosteniéndose con sus brazos y las piernas flexionadas se marcaban sus músculos, cuando llegó al final, John lo sostuvo y cayó sobre él, quedando Vel encima y ambos empezaron a reírse, cuando acabaron las risas, John dio tiernamente un beso a Vel.
Paty se enojo un poco,
no de ellos sino de ellas misma, no sabía si algún día podría tener el mismo
futuro, encontrar a alguien. Pero estaba segura de las palabras de Vel, ella
podría conseguir cual quiero cosa si quisiera, podría tener todo y nada a la vez,
podría llenar ese vació que tiene, o quizá le gustaba estar vacía. No,
definitivamente no. Tomando los hilos, y sumando ocho en cada mano, las dejo
caer por el enorme árbol, y de dos en dos, de tres en tres, empezó a
acomodarlos en las ramas, en las hojas del piso, amarrados como telarañas
enormes, tendidas de cada extremo de las copas de los árboles, con agujas
encajadas en los árboles, y algunas atrancadas con piedras, Paty estaba lista y
segura de ello.
Los que dispararían
estaban puestos y sujetos en algunas ramas no tan latas de los árboles, donde
podrían saltar una o dos ramas para llegar al piso y cuando acabarán de
disparar, ayudar de manera, cuerpo a cuerpo. Los demás chicos estaban
escondidos en pequeñas cuevas o agujeros camuflados con hojas y lodo.
Un incomodo silencio
reino todo ese amplio espacio.
Hasta que llego Brun,
saltando y corriendo a todo lo que su cuerpo podía dar, evadió las ramas de los
árboles que sobresalían del piso y levantaban hojas, las piedras que estaban en
el camino, las ramas caídas que rasguñaban los brazos de Brun y saltando los
agujeros del piso, algunos llenados de hojas.
-Ya llego. Dijo Paty, jaló aire a sus pulmones, un aire muy fresco y relajante, y dejo escaparlo fugazmente cerrando los ojos y recordando las lecciones, los majestuosos movimientos que hacía su madre.
-Ya llego. Dijo Paty, jaló aire a sus pulmones, un aire muy fresco y relajante, y dejo escaparlo fugazmente cerrando los ojos y recordando las lecciones, los majestuosos movimientos que hacía su madre.
Brun llego al centro, y
se dejo caer en un agujero hecho apropósito tapado con hojas, y cubriéndose con
una cobija gruesa de hojas y ramas, que si bien, también servía como camuflaje.
Cuando esas cosas llegaron al centro, o la mayoría se adentro al espació vació
se detuvo a buscar algún rastro de Brun, pero las hojas y el lodo tapaban su
olor. Así que Paty tomo ventaja.
-¿Listos?
Dijo ella levantando las
manos y jalándolas hacía abajo impulsadas con su cuerpo, saltando y aterrizando
en una rama más baja que ella, los dieciséis hilos salieron fuertemente
impulsados los encero a esas cosas, en una red de metal, amontonados y
aplastados aún se movían, así que salto dos más abajo y corto la mayoría, ella
sonrió victoriosa, pero algo estaba mal.
Los hilos se movieron y
cayeron carecientes de fuerza y poder, su sonrisa se borro rápidamente de su
cara cuando vio eso, pero su cara cambió a una mueca de dolor, cuando vio su
brazo estaba siendo enredado por los mismos hilos, y su dedo estaba siendo
torcido cruelmente, igual que su pie, se arrodillo y empezó a gritar, con eso
todos entendieron perfectamente que algo no estaba bien.
Todos salieron de sus
escondites, y las pocas criaturas que quedaban se reunieron con más que
aparecieron, empezaron a pelear y matar, pero Paty exclamo.
-¡No! ¡Esta es mi
prueba!
-¡No estás sola!
Grito Jey tomando sus
navajas, Paty la miró y entendió esos ojos cafés tan puros y acaramelados, la
hizo recapacitar y generar una duda.
Se calmo, apaciguo su
respiración y levanto su cabeza, su camisa color crema ondulaba suavemente por
el aire, su pantalón de mezclilla se ensuciaba de corteza de árbol, su cabello
corto pero libre onduló y los ojos se abrieron muy poco, pero sus ojos eran
cafés, un café tan calmado que hasta daba inseguridad, algo tan tranquilo no
era normal, era un marrón canela, pero brilloso y por dentro, sollozante, pero
Paty, se dejo caer por el árbol.
Cuando daba la primera
vuelta extendió sus brazos y les ejerció presión, movió sus piernas y jaló con
sus manos el aire hacía delante, cayendo de pie sobre una pequeña capa que
simulaba el piso, pero sostenido en el aire, saltó y cayó sobre otro, luego dio
una vuelta levantando su pierna derecha y simulando alas con las manos termino
levantándolas, los hilos rechinaron y cortaron en cuestión de segundos algunos,
con los hilos atorados en el piso extendidos hasta el cielo, se movían y cortaban
simple y ligero, como láser manados del cielo. Ella descendió hasta la mitad
del árbol en el que estaba se dejo caer de espalda agarrada por otros hilos y
empezó a dar vueltas deteniéndose cerca del piso, su cabello estaba a escasos
centímetros, ella se levanto y extendió las manos, los hilos simularon ondas de
agua que cortaron ferozmente a esas cosas, sin cortar un centímetro a sus
amigos, ella se impulso hacia arriba y comprendió esbozado una sonrisa.
-Lo entiendo, no es una
técnica específica, es como te acomodes, es como sientas la liberación salir
por tu cuerpo y emanar esa pasión.
Cortando a todas esas
cosas en cuestión de minutos.
Cuando todo acabo, Paty
camino desde la copa del árbol hasta el piso apoyándose en los hilos, todos
asombrados, Togam recopilando datos, Paty cayó exhausta en los brazos de Jey.
Aprovechando todo eso,
Jeim se dirigió a Togam para tomar una charla.
-Hola.
-Hola. Respondió ella.
-Estuvo genial, ¿no?
Pregunto él.
-Si, Paty es asombrosa.
Reconoció ella mientras movía con un palo la carne del cráneo para ver.
-Dime, ¿te caigo bien?
Volvió a preguntar Jeim.
-Sí. Respondió sin mucha
dificultad mientras analizaba los huesos, no estaban separados, la mandíbula de
la serpiente estaba pegada y fusionada por los huesos del tórax del humano.
-Entonces, ¿Quisieras salir con migo mañana?
-Entonces, ¿Quisieras salir con migo mañana?
Pregunto seguro Jeim con
una gran sonrisa.
Togam titubeó, pero
respondió. -No lo se... Pero creó que, sí, está bien. Dijo mirándolo con otra
sonrisa y los pómulos sonrojados y nerviosos.
Pero Brun logró
escuchar todo, desde detrás de un árbol grande, quizá había ido a ese lugar
para decirle algo a Togam, o quizá fue por que Jey le pidió que recogiera las
agujas amarradas a los hilos. Seguramente fue por eso.