Capitulo 2- Rompecabezas
Tenía once años, cuando
esto comenzó, verás, vivía en una casa grande, mi propio cuarto, uno para
mis padres y otro para la sirvienta y su hija, era enorme la casa, teníamos
tres patios, uno para estacionar los carros, otro atrás que exclusivo
para mamá y sus plantas, y uno de juegos donde jugaba con la hija de la
sirvienta.
Mi madre se llamaba
Lucia Susssian, mi padre Edgar Blou, me parece, creo por mis apellidos, en
fin.
La sirvienta se llamaba Mónica
Sunuu y su hija Jimena Sunuu, eran de algún rancho o algo así. Yo me llevaba
muy bien con ambas, mis papás me acuerdo que se querían mucho, se amaban, aún
me acuerdo de aquellos ojos llenos de esperanzas.
Mi madre era alta, de
cabello rojo y ojos azules, voluptuosos y delgados, de
piel pálida casi blanca y siempre llevaba un vestido con una
apertura a un lado de sus vestidos.
Mi padre era alto y
fuerte, cabello negro y ojos verdes como los bosques y moreno, siempre de traje
y con miles de corbatas diferentes.
Moni como yo le decía,
era de baja estatura, un poco rellena, morena, con cabello lacio y negro, y los
ojos café como la arna del mar, claros.
Y al final, Jime, era un
poco más baja que yo, y me ganaba por un año de edad, cabello ondulado negro,
ojos amarillos como un rayo atravesando el cielo, y morena como su madre.
Mis padres eran amables,
cariñosos y estrictos, pero me cumplían muchos caprichos.
Moni cocinaba increíble, según recuerdo ella estaba con mis papás
desde antes de que yo naciera, y
Jime, básicamente crecimos juntos. Ella era muy ruda y a la vez
amable con todo animal.
Un día, yo estaba en el
comedor esperando el desayuno con Jime,
ambos estábamos de vacaciones por lo que traíamos aún
las pijamas, estábamos en la misma escuela por capricho de mi
madre de que no quería que alguien muy querido estudiara sin oportunidades, por
lo mismo Moni trajo a Jime con nosotros y que mi madre quería ver cómo era.
Moni estaba cocinando huevos en forma de omelet con un rico espagueti francés,
y sabía que era, por el tan peculiar olor a especias delicadamente medidas
y la pasta finamente cocinada con los mejores ingredientes, y los miles de
ingredientes más, yo recuerdo que mi madre le compraba miles de libros de
cocina, y todos lo leía, croe que por eso también Jime era muy buena
escribiendo y leyendo...
En fin, ese día mi madre
no había ido a trabajar por unas comprar que necesitaba y quería pasar el día
con nosotros, ella bajo con un vestido blanco, tacones rojos y una pieza extra
de tela que usaba como abrigo del mismo color que los tacones, y con el
mismo propósito que nosotros, comer.
Cuando Moni nos estaba
sirviendo la comida y la cual olía increíble, mi madre fue abrir
la puerta, ya que alguien tocaba fuertemente, cuando estaba a punto de
darle una mordida escuche un grito y el nombre de mi padre
"¡Edgar!"
Mi padre estaba
ensangrentado por la espalda, y su pulso cada vez era menos persistente, mi
madre preguntaba repetidamente "¡¿Qué te paso?! ¿Por
qué?!".
Moni ayudo a mi madre a
subir a mi padre al sofá, ese día, me acuerdo bien, estaba usando una corbata
que yo le había regalado semanas antes en su cumpleaños, era azul fuerte,
con triángulos grises y blancos, era bonita más no tenía un buen
estilo.
Mi padre trataba de
consolar a mi madre. Cuando ya no quedaba más que hacer, y mi padre estaba en
el filo de la muerte, se empezó a despedir -Moni, Te conozco desde
hace mucho tiempo, y siempre fuiste una gran mucama, no, una gran amiga y
compañera, siempre cumplida y confiable... Jime, la niña más bonita
y simpática que he visto en mi vida, yo se que serás una mujer fuerte
y sin miedos, nunca te rendirás eso yo lo sé, nunca olvidare tu linda cara de
felicidad." Siendo interrumpido por una fuerte tos, tan fuerte que pude
ver como escupía sangre, y en grandes cantidades...
Todos estábamos tristes y
angustiados, cuando llego la hora de despedirse de nosotros. "Amor, Lucia,
me has hecho la persona más feliz de todo el mundo, de la galaxia entera, me
has dado un hermoso hijo, una gran felicidad con este imperio que hemos hecho y
construido juntos, siempre me apoyaste y nunca dudaste de mi... Te amo, y eso
nunca lo olvides, yo siempre te amare, en esta y las vidas que sigan"
Besando ligeramente a mi madre. Y yo, "Hijo, ven, sabes que siempre te
quise y eres la persona a la que más quiero... Un compañero audaz y
siempre certero, inteligente como un genio. Vez la corbata, la use porque
te quiero mucho, mucho hijo" acabando con un beso en mi cabeza, solo note
que mi padre le decía en la oreja a mi madre unas palabras que yo no
escuche.
Solo vi como el alma de
un hombre tan fuerte, protector y amable que era mi padre, se levantaba y
dejaba el cuarto donde nosotros cuatro estábamos.
Cuando por fin todo
acabo, mi madre se levanto y limpió las lágrimas, tratando de ser fuerte, y
hablo por su teléfono celular, estaba hablando con alguien y recito
unas palabras que nunca olvidare y sigo sin comprender, "Código cero
cero nueve tres cinco Outbreack".
Cuando ella dijo
gritando "¡¿Están aquí?!".
Cuando eso acabo es
escuchaban los mismo sonidos que las cosas de ahora, pero aún más horribles,
eran humanos desnudos pero tenían otro par de piernas que usaban para moverse
ferozmente, eran rosa grotesco, con los ojos cosidos, dientes filosos y grandes,
y una lengua larga pero de una manera monstruosa, además de moverse como monos
sobre las paredes y caminar como ranas en el piso firme. Mi madre saco de la
mesa una metralleta grande y larga, desconozco el modelo pero era
increíble, corrimos hacia el parque de atrás, donde mi madre abrió una
escotilla y nos introdujimos en ella, pero mi madre no vino con nosotros, ella
se quedo.
Yo grite y llore, pero Moni nos calmo a mí y a Jime con palabras
que nos calmaban satisfactoriamente, ese día ya había perdido a dos seres que
amaba con todo mi corazón y siempre recordare, cuando llegamos hasta el tope
del elevador, era un pasillo con solo dos cosas, dos ascensores, y no decía a
donde dirigían, seguramente estábamos debajo de nuestra casa, Moni
nos metió a mí y Jime en cada una, solo había espacio para uno, pero bien
estaríamos Jime y yo, con Moni en la otra, pero no, solo se escucho una alarma
y Moni disparo los ascensores.
Podía ver un momento
como Moni fue devorada, desmembrada y gritaba de dolor que era causado por esas
cosas.
Cuando iba subiendo, una de esas cosas me estaba siguiendo, yo no
quería pensar en eso, Moni, mamá y papá habían muerto... Y Jime no sabía dónde
estaba, o hacía donde había ido a llegar.
Cuando percibí los
rayos de sol que me tomaron sin cuidado, al momento de detenerse el elevador yo
salí de esa capsula y vi otra gran casa, era más pequeña pero igual de lujosa y
similar a la que tenía, salí corriendo de ahí con esa cosa saliendo del
orificio por debajo de la capsula, y cuando se lanzo en sima de mi abriendo su
enorme y sanguinaria boca, vi como fue empujado por unas pequeñas bolitas, y
cuando azoto contra la pared, mire atrás mío, y vi a la mujer que me
regalo mucho cariño y era amiga de mi mamá. La conocía porque en cenas ella
platicaba mucho con mamá, y a veces nos iba a visitar, con una gran arma
cargando, y una pequeña niña detrás de ella, que era Anny... desde entonces
viví con ellos, después de unas horas, ese lugar ya no existía, desapareció, porque fue autodestruido por una gran bomba
que seguramente, estaba automatizada y dentro de mi casa, por eso nos sacaron rápidamente,
no me acuerdo bien en que trabajaba mi padre... pero creo que estaba
relacionado con esto.
Durante un año, viajamos
a un lugar, Querétaro, donde me subí en este camión... y eso es todo, me
encariñe mucho con la Señora Andrea que dio su vida por proteger a Anny, y
ella... ahora es mi única familia y tengo que protegerla.
-Esa es toda mi historia. Ahora estoy aquí tratando de
sobrevivir. Termino de decir Vel, que le contaba al joven que era su compañero
de asiento.
-Qué triste... pero
sabes, no es toda la familia que tienes, digo bueno... Si quieres, me gustaría
ser tu familia o a proteger a Anny... Y mi nombre es John Lier.
A lo que Vel se sonrojo
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