viernes, 14 de febrero de 2014

Vivo por fuera y muerto por dentro XXIII

Capitulo 23- Propuesta


L
a bestia se levantó en dos patas y con sus otras patas delanteras se cubría la cara, su cuerpo era atravesado por las balas de Jey, pero cuando estas se acabaron Jey trato de recargar lo más rápido, pero fue embestida por la cola de la inmensa quimera que en un instante estaba posad por detrás de ella. Jey fue sujetada por la bestia, reincorporándose tomando su par de cuchillos del tamaño de su antebrazo corrió al centro, siendo sorprendida por la extensa cola blanca y rosada, pero fue esquivada elegantemente con un salto hacia atrás, Jey tomó la cuchilla derecha y la encajó en el medio, la bestia se detuvo unos cuantos segundos pero los suficientes para que Jey lograra tomarla por la cabeza y con su otra cuchilla, levantar el cráneo dejando la delgada capa de carne que protegía el cerebro, con mucha fuerza la sangre recorrió la cara de la bestia hasta por debajo de la mandíbula, que gritaba de agonía generada por dolor y empapaba la de Jey con un sonrisa satisfactoria pintada en la cara, su cabello se empapó en color rojo obscuro, casi metálico y su mechón azul se transformo en un morado temporalmente, empapando el cielo de rojo, la bestia la tomo con la pata y la arrojo lejos, chocando contra el piso y quedando inconsciente en el suelo verde y rojo.
Paty se levantó y amarró con los hilos, cortando las capas gruesas de hueso, enojada y con el sentimiento de venganza reinando en su corazón, apretaba cada vez más y más, hasta el punto que el ojo casi revienta. Pero se detuvo al darse cuenta que ella también se estaba haciendo daño, sus manos sangraban, la bestia aprovecho eso para golpearla con su cola contra un árbol, el impulso fue detenido tenuemente por los hilos, aún así choco contra el café tronco.
-Jey. Dijo débilmente Paty tratando de arrastrarse para llegar a ella.
Jey no se movía, el monstruo se recupero ligeramente, lo suficiente para acercarse a Paty y casi aplastarla con su peso, pero Brun y Juria lo detuvieron cortando el área de las cotillas, dejando salir unos cuantos chorros carmesí del cuerpo, Juria tomo su segunda arma y la encajó profundamente en la espalda, siendo alejada por un pequeño empujón de la bestia, Juria no tenía miedo, estaba decidida a vencerla pero, ¿cómo?
La oreja intacta fue rebanada por una flecha, una flecha negra y suave de Brun, no llevaba mucho practicando con el arco, pero eso había logrado distraerla su atención, tomo su arma y comenzó a golpear sus bases, su piernas. Golpeo su mandíbula, casi fue mordido pero saltó a tiempo de llegar hasta atrás y poder derribarle una pata para que perdiera el equilibrio.
Eric llego en su ayuda con sus dos espadas, rebanando y mutilando por completo la otra, entre golpees profundos y fuertes no sintió cuando estaba en el piso, igual que Brun, se habían olvidado de su cola, esa cosa aún se movían, pero no podían hacer nada, estaban exhaustos y sus piernas no daban más, además de que Brun se había lastimado la pierna derecha.
La cosa tampoco se podía levantarse tardaría mucho para recuperarse, así que cayó rendida, y parecía estar muerta, era un bulto de carne, carne roja con huesos rotos y estaba completamente inmóvil, estática.
-Al fin. Susurro Togam. -Ayuden los que estén bien.
John, Vel, Jeim y ella ayudaron a los demás, todos estaban conscientes, menos Jey, y eso no era nada bueno.
John se acerco a la bestia y pateó la cabeza, diciendo tenuemente:
-Me alegra, ¡me alegra que estés muerto!
Pero con la última palabra la quimera roja levando el parpado y su ojo se poso en su cara, su cabello se reflejaba en la pupila, igual que en toda la cara. John gritó para avisar, pero la cosa se levanto en sus piernas delanteras y con la cabeza empujo a John contra un pequeño barranco, no muy alto, cuando mucho un metro, John no podía levantarse, su mano estaba rota y su espada quedaba lejos, la bestia se acercaba con sus fauces abiertas de par en par, los gritos de John no se escuchaban, la tierra y los trozos de árbol rotos tapaban todo orificio por donde escapará el más mínimo sonido.
La bestia había planeado acorralar a alguien, quizá no ganaría pero se llevaría a alguien, ¿esa era toda su inteligencia? Quizá exageraron, su gran masa era abrumadora, y su inteligencia era sorprendente en un cuerpo así pero, no era un genio.
John trataba de escapar, pero la pierna le lastimaba cada vez más, cada segundo pasaba, cada paso que daba, cada gota de sudor y de sangre, cada latido, estaban contados.
Vel ayudando a cargar a Jey se percato de John, y de la enorme cosa, así que dejo a Jey en un asiento, tomó una pistola y corrió en dirección donde estaba el cuerpo. 
Pensaba muchas cosas, pero ninguna era muy buena.
Cuando encontró el agujero se dejó caer, era frío y un poco húmedo, fangoso y pegajoso. Cuando llego hasta John, la cosa estaba a unos escasos metros de él, levanto una pata y se preparó para cortar en dos a John.
-¡NO!
Exclamó Vel y John al mismo tiempo, la quimera perdió la razón un instante, Vel tomo la ventaja y comando el cuchillo de Jey de la cola, subió por la espalda, y encajo la hoja de metal gris y un bellísimo colegie en su ojo abierto como plato, la bestia dejo escapar un grito ahogado, vació, como si no hubiera voz alguno, solo una vibración. La bestia trato de quitarse de encima a Vel, pero él fue rápido y acuchilló la espina dorsal con el arma de Juria, dejando paralizada a la bestia, ya no se podía mover, ni regenerarse, estaba acabado ahora sí.
-Vel...
-Calma, aún no acaba. Terminó Vel sacando el arma.
Una bella pistola negra y brillosa apuntaba al cerebro medio descubierto, apunto y temblando un poco, disparó una vez, dos veces, tres, cuatro y luego cinco, hasta seis.
La sangre no salía mucho, pero para estar seguros, Vel tomo la guadaña y decapito la cosa, sin mancharse la camisa, termino con eso, después quemó la cabeza, cuando todos estaban ya en el camión, pero antes de eso, John platico en ese agujero con Vel.
-John, te ayudaré. Dijo Vel.
-Vel me salvaste, gracias. Comento John tratando de ponerse de pie.
-Oye, despacio. Recomendó Vel mientras ayudaba a John.
-Te quiero. Al mismo tiempo besó a Vel. -Sabes, pude haber escapado, no fue más que una maldita rama que me atoro el pie.
-¿Es enserio?
Pregunto enojado Vel.
-Sí. Dijo sonriente John.
Vel al escuchar esto, dejó caer a John.
-Espera. Dijo John.
-Eres un tonto. Murmuro Vel.
-Sí ¿por?
-Eres un gran tonto. 
-Sí, a mucha honra.
-¡Eres un grandísimo idiota!
Dijo Vel regresando a abrazar a John, quien también le respondió.
-Sí, pero soy tu tonto. Le susurro en el oído a Vel, quién empezó a dejar caer lagrimas corriendo por su cara, resbalando por sus mejillas.

Ya en el camino, Jeim manejo, Togam y Vel ayudaban a los demás, Brun, Eric y Juria estaban dormidos como piedras en el mar, Paty estaba platicando con Jey quien estaba en sus cinco sentidos, y John, estaba más que dormido. Recogieron todas las armas y se dirigían al punto de encuentro con Albert, Shpan estaba en el baño, ella solo ayudo unos momentos, no quería dar la cara. Y hablaba con él por un radio.
-Lo lograron, ahora tienes que cumplir. Dijo ella confiada.
-¡Cállate! Lo sé perfectamente, pensé que no lo lograrían. Admitió Albert.
-Púes ya ves. Contradijo ella.
-Sí púes ojala lleguen a sanos, si no  me sirven. Dijo Albert en voz baja.
-Mira, todos están vivitos y coleando, están completos y ninguno murió. Explico ella al mismo tiempo que se limpiaba las uñas con una navaja suiza.

Cuando llegaron, todos los llevaron a sus recamaras, John con Vel para cuidarlo, Juria estaba con Togam, Paty con Jey, Brun, Eric y Jeim compartían el cuarto, Brun y Jeim parecían haber superado todo, eso era mejor. Todos tomaron un baño, y durmieron profundamente, con sus nuevas armas luciendo brillantes en sus roperos. Shpan estaba practicando con un juego de agujas contra un árbol, y logró lucir una libélula en el tronco lleno de grietas.
Enojada, cada vez encajaba más profundo las puntas de metal blanco, y no podía sacarse de la cabeza la imagen de esa cosa enorme a punto de matar a Paty, era horripilante.
Albert comía un elegante platillo de pescado en salsa de champiñones, el vapor salía y el jugo de naranja se posaba refrescante sobre su mesa.
En la noche, cuando todos estaban en sus cinco sentidos, decidieron hacer una pequeña fiesta entre ellos, hablaban de cocinar algo, que Vel cocinará.
-¿Es enserio?
Pregunto Vel nervioso.
-Sí. Respondieron todos.
-Pero... Necesitare ayuda, además no hay ingredientes y no sé ni siquiera que vamos a comer. Argumento en contra Vel.
-Tienes un buen punto, pero ¿por qué no comemos un buen plato de crema, con algunas empanadas, una deliciosa tarta y un café acompañado de vino? ¿Qué opinan?
Pregunto John seguro.
-Me encanta la idea. Dijo Brun.
-Perfecto. Siguió Jey.
-Será delicioso. Comento Paty mirando a su hermano.
Todos estaban encantados con la idea, bueno todos a excepción de Vel.
-Pero... Necesitare ayuda.
-Yo me apunto. Dijo Brun.
-Yo igual. Le acompaño Togam.
-Gracias, pero pensaba en que John me ayudará. Comento Vel.
-¡¿Qué?! ¡¿Yo?!
-Sí, ¡Tú!
-Es injusto. Se rehusó John.
-La vida es injusta. Contradijo Vel.
-Bien, pero no se cocinar. Admitió él.
-Púes siempre hay una primera vez para todo ¿no?
-¿Ah sí?
Pregunto insinuando algo John.
-¡Cállate maldito pervertido!
Gritó Vel.
-¿Qué?
Pregunto Jey.
-Nada, nada. Termino Vel.
-Está bien, en un rato nos vemos vale. Habló Togam, y todos estuvieron de acuerdo.
-Brun te encargas de los ingredientes, yo me encargo de cocinar ¿sí?
Le pregunto gentilmente Vel.
-Claro. Dijo él.
-Togam ayúdale con las bebidas. Se dirigió a ella esta vez.
-Sí no te preocupes. Dijo ella.
-Tú, ven conmigo. Vel miró a John, quien miraba confiado.
-Sí señor.
Todos se dirigieron a eso, y estando viendo que había en la nevera y cajones, John le pregunto a Vel:
-Dime, ¿qué paso con lo dé?
-¿Qué cosa?
Pregunto Vel.
-Ya sabes. Dijo John.
-Púes, ya llegará... Es algo....
No termino de decir al ver la mirada de John, prendida como una llama que vive por años y no se apagará durante décadas aún siendo heladas tormentas.
-Te espero. Dijo John al tiempo que abrazaba cariñosamente a Vel.
-Gracias, pero quiero hacerlo. Dijo seguro Vel, pero segundos después quiso tragarse es palabras.

-De acuerdo, seré cuidadoso. Susurró John.

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