Capitulo 20-Tentaciones
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on la ejemplar luna blanca enorme en forma de cuna iluminaba
débilmente la cena entre Jeim y Togam, los jóvenes habían terminado de cenar,
ambos estaban hasta reventar por la comida tan deliciosa, Vel tenía una buena
mano para la cocina y a ellos les constaba.
-Bueno, dime, ¿qué te
pareció la cena?
Pregunto
entusiasmadamente Jeim.
-Pero claro, estuvo
deliciosa la comida y el lugar es hermoso. Respondió alegre Togam.
-Me alegro. Comento
Jeim.
En la sombras, entre
hojas verdes y enredaras Brun observaba, descontento y decepcionado de sí
mismo, mordía la manzana con furia, cuando la termino de morder la dejo tirada,
entonces comprendió que lo mejor era irse de esa manera se ahorraría un poco
menos de dolor.
Jeim y Togam reían
felizmente, mientras Brun se alejaba ellos quedaron en silencio, Brun escuchaba
unos ruidos y crujes de hojas, pero no le tomo importancia, estaba muy triste
como para ello, al detectar el silencio, giro la cabeza inquietante y
cuidadosamente para que no lo notaran.
Ambos estaban observándose,
Jeim se acerco cuidadosamente a Togam, quedando a unos escasos centímetros,
empezó a ganar terreno y al final, la beso.
Los labios de Togam eran
suaves, cálidos y dulces, con sabor a fresa generado posiblemente por los
cosméticos en su boca, los labios de ella no resistían ni oponían alguna
resistencia, el olor de Togam era a flores y dulces, a Jeim le fascinaba, el
olor a plantas acarameladas se enredaba con el masculino olor de Jeim, los
labios de él eran duros, pero suaves, quizá por estar nervioso, se relajaron y
parecieron cojines, se alejaron un poco pero Togam dejo darle uno corto, uno de
momento. Brun al mirar esto se alejo a mayor velocidad, pero aún lograba verlos
perfectamente. Pero los ruidos regresaron intensificados, cuando regreso la vista,
asustado por el sonido, Togam estaba escondida en sus hombros y sonrojada, Jeim
igual pero tenía una gran sonrisa de oreja a oreja, pero una silueta apareció
de un tubo de ventilación.
Era una persona con
cuatro piernas, divididas por la radiación, este se acerco a Togam, Jeim se dio
cuenta cuando esa cosa ya posaba las esqueléticas manos verdes sobre la cabeza
roja de Togam.
-¡Togam!
Exclamo Jeim tomando la
botella, pero esa cosa fue apartada por un pedazo de metal grueso que atravesó
el pecho y sobresalió por las costillas, el metal sobresalía de un montón de
carne que estaba rodeado por sangre naranja, era asqueroso para Jeim quién se
acerco a Togam y la abrazo. Pero esa cosa aún se movía, se levanto y abrió sus
dos bocas, tenía unas enromes fauces, divididas por una membrana, tenía dientes
enormes del tamaño del antebrazo de Jeim, una lengua larga y retorcida que se
movía en busca de algo. Sus brazos estaban arrastrándolo por el piso, cada vez
era más rápido.
Pero fue frenada por más
tubos de frío metal, lanzados desde la dirección de las enredaderas, Togam y
Jeim giraron la cabeza para ver quién era, Brun.
Él solo los observo
abrazados, con la cara enojada y sus ojos tapados por la oscuridad de la
habitación, la luz de la luna solo iluminaba su boca, su mandíbula y los
pómulos morenos.
-Brun... Gracias. Dijo
Jeim.
-¿Cómo es que?...
Pregunto tímidamente.
-Gracias... Pero ¿cómo?
Interrumpida Brun se dio
media vuelta y empezó a caminar, cada vez más y se fue difuminando en la
oscuridad de la noche y se perdió en las hojas de los árboles. Togam y Jeim se
quedaron sorprendidos por ellos, plasmados se preguntaban ¿cómo llegó tan
rápido? ¿Cómo sabía que estaban ahí?
-Creo que es mejor
irnos. Comento Jeim.
-Claro. Asintió Togam,
cuando giró la cabeza a la mesa, logro distinguir la manzana escondida por
detrás de los arbustos, y entendió, que Brun estaba ahí porque los siguió.
Cuando regresaron, Togam
se fue al cuarto propio a cambiarse y dormir, en cambió Jeim iría a hablar con
Brun, pero cuando entro a la habitación, no estaba, ni él ni sus cosas, en ese
momento Jey estaba pasando por el pasillo.
-Jey, ¿sabes dónde está
Brun?
Pregunto Jeim.
-Mmm, no, no lo he visto
desde la mañana. Contesto Jey con el vaso de agua en mano.
-Bueno gracias. Dijo
Jeim.
-Si preguntas por Brun
fue a dormir al piso de arriba, creó que no quería verte, o bueno algo sí
murmuro además de estar muy enojado. Comento una voz, Eric.
-¿Qué? Pero ¿por qué?
Preguntó Jeim.
-No lo sé, la verdad es
que solo vi cuando tomo sus cosas y subió las escaleras. Contesto él.
-Bueno, gracias. Dijo
Jeim dirigiéndose al piso de arriba.
Estando ya en una planta
más arriba, de colores grises y azules, sin muebles ni nada, solo estaba un
largo pasillo que llegaba a otra escalera, con una pared seca y desgastada,
estaban puertas de madera en condiciones buenas más no espectaculares, así que
tocó en la primera.
-Hola, ¿Hay alguien?
Pregunto Jeim, pero
nadie respondió, volvió a tocar y salió una chava de cabello ondulado color
café, piel blanca, ojos color vede esmeralda, con una camisa de colgantes de
color rosa y unos short puestos, Jeim aparto la vista.
-Hola. Saludo ella.
-Hola, oyes. Comento él.
-¿Sí?
-¿Sabes si un nuevo
chavo se quedo aquí? Tiene una altura mediana, me llega a barbilla, de piel morena, ojos color oliva,
cabello negro. Describió Jeim señalando cada cosa.
-Creo que sí, está en la
habitación de al final. Contesto ella señalando una puerta de madera en mejores
condiciones.
-Gracias. Dijo Jeim dirigiéndose
a la puerta y la chica cerrando.
Cuando llego a la puerta
el toco, y casi inmediatamente un chavo giró la perilla, era alto, casi igual
que él, piel blanca y cabello negro, y unos peculiares ojos marrones.
-¿Te puedo ayudar en
algo?
Preguntó él.
-Sí, ¿está mi compañero
aquí?
-¿Quién es?
Pregunto una voz gruesa.
-¡Brun!
Contesto Jeim.
-¿Lo conoces?
Pregunto el chico.
-Sí, pero no tengo nada
que hablar con él. Contestó Brun acostado dándole la espalada a Jeim.
-Oyes, ¿podemos hablar?
Sugirió Jeim.
-¡No! Edgar cierra la
puerta. Ordeno Brun.
-Será mejor que los deje
hablar solos, nos vemos al rato Brun, me toca turno. Contesto él atravesando la
puerta e invitando a Jeim. -Pasa.
-Gracias.
-¿Qué quieres?
Pregunto enojado Brun.
-No sé porqué estas de
este modo pero no tienes porque desquitarte así conmigo. Contesto el otro.
-¿No?
Respondió Brun con tono
altanero y sarcástico.
-No. Respondió Jeim.
-Bueno, ¿y qué quieres?
-Hablar.
-Yo no tengo nada de qué
hablar contigo. Respondió de la misma manera Brun.
-¿Por qué estabas donde
yo y Togam estábamos?
-No sé. Contesto
fríamente Brun.
-¿Por qué sabías que
estábamos ahí?
-Coincidencia. Respondió
soberbiamente Brun mirándolo con enojo.
-Eres completamente
obvio cuando estas enojado. Comento Jeim.
-Eso a ti no te incumbe.
Contesto Brun.
-¡Claro que sí!
-Mejor vete a besar con
Togam. Sugirió Brun cayendo sobre la cama y regresando la espalda.
-¡¿Qué?!
Pregunto Jeim, quedando
unos minutos en silencio Brun se arrepentía de haber dicho eso, y Jeim habló.
-Con que es por eso, por
Togam. Dijo Jeim.
-Claro que no. Contesto
Brun.
-Nos seguiste a nuestra
cita, por eso sabías donde estábamos y como habías llegado tan rápido.
-¡Cállate!
Ordeno Brun.
-¡Estas enojado porque
le gusto a Togam!
Exclamo Jeim, seguido de
un momento sin sonido de Brun.
-¿Y qué?
Dijo Brun.
-Eso no es motivo para
acabar con nuestra amistad. Comento Jeim.
-No, pero.
-Togam es libre de
elegir, y no puedes hacer nada parta evitarlo.
-Si, pero no es justo
que te quedes con ella. Argumento Brun.
-¿Qué?
Pregunto sorprendido
Jeim.
-Además, eres más fuerte
y alto, ¿por qué Togam te eligió?
Susurro Brun.
-¿Estas enamorado de
ella?
Pregunto Jeim y Brun
regreso a quedar en silencio.
-Bueno, no te enojes por
ello, una chica es una chica y listo.
-Entonces déjala.
Sugirió Brun.
-Estás loco.
-Si quieres que nuestra
amistad siga, ¡déjala!
-¡No!
-Entonces dejamos de ser
amigos. Hablo Brun.
-Sí, maldito consentido.
Dijo el otro.
-Cierra tu boca.
-Púes mira que yo tengo
el amor de Togam.
-¡Lárgate!
Ordeno Brun levantándose
y señalando la puerta.
-Está bien, nos vemos
inmaduro egoísta.
-¡Adiós!
Y Jeim azotó la puerta,
camino enojado por el cuarto y se metió a su cuarto a tomar un baño. Brun se
quedo recostado mirando la ventana.
Jeim pensaba:
-<<Es un maldito
egoísta>>-
Y Brun.
-<<Vaya amigo que
me conseguí>>-
Ya en la mañana, Brun
solo baja cuidadosamente para no ver la cara de Jeim, y este igual, pero Juria
les hablo:
-Oigan, equipo he
conseguido algo.
Todos salieron, a
excepción de Brun que estaba en el piso de arriba.
-Togam ve a hablarle al
negro. Dijo Juria.
-No seas grosera, y sí,
yo me encargo. Dijo Togam.
-Dile que he conseguido
nuevas armas. Menciono Juria.
-Claro. Dijo la otra
subiendo las escaleras.
Cuando llego al piso de
arriba tocó la puerta, en ese momento salió Brun en bóxer, cuadriculados de color
rojo, Togam se quedo mirando un momento el cuerpo de Brun, fuerte y marcado con
su piel café y sus cabellos enmarañados, era evidente que se había levantado en
ese momento, pero cuando regreso a su mente que estaba en bóxer giro la cabeza
sonrojada.
-¿Quién es?
Pregunte él tallándose
un ojo, pero cuando notó que era Togam, se cubrió y cerró la puerta.
-¡L-lo siento!
Se disculpó Brun.
-No te preocupes, solo
venía a decirte que fueras a bajo, Juria consiguió algo. Respondió Togam.
-Claro, solo espera ¿sí?
Dijo Brun.
Pasando unos minutos
Brun salió, tenía una camisa blanca que se pegaba, unos jean's azules rotos de
las rodillas y unos tenis, nada casual.
-Disculpa por la demora.
Dijo Brun.
-No te preocupes.
Comento Togam, y Brun quedo fascinado con su figura, una camisa gris, un
pantalón azul y unas botas cafés, el cabello amontonado del lado derecho.
-Bueno, vamos.
Caminando lentamente y
hablando de cosas sin sentido, Togam dijo:
-Te ves deprimido, ¿por
qué?
-No es nada. Respondió
él.
-Entonces, no quiero
sonar grosera ni nada pero, ¿cómo supiste que estaba con Jeim en esa cena?
Pregunto Togam.
-Solo, estaba siguiendo
esa cosa. Dijo Brun tratando de engañarla.
-Está bien, por un
momento pensé que nos estabas espiando. Comento ella.
-Como crees, yo no...
Dijo sin terminar Brun perdiéndose
en la mirada de esos zafiros azules en los ojos de Togam.
-¿Qué pasa?
-Nada. Dijo Brun, se
acerco más a Togam y él la tomo por la cintura. -Togam yo...
-Brun, ¿qué pasa?
-Togam, yo te quiero.
Dijo Brun antes de besarla, sus labios eran iguales, cálidos y suaves con su
dulce sabor, su respiración de ella se agito momentáneamente y después se
apaciguo, Brun tenía los labios como panqueques, dulces y suaves, pero su
respiración era muy calmada. La esencia de Brun era a limón, un distintivo olor
agrió pero refrescante y encantador, dulce y agrio era una tentadora
combinación.
Togam se alejo un poco y
perdida en sus ojos, ella regreso a besarle, esta vez sus bocas hacían una
danza, Brun le seguía y ambos no se resistían. La boca de Togam le hacía sentir
cosas, y Brun no dejaba de besarla, se recargaron de un golpe contra la pared
de las escaleras y no pararon. Ambos lo disfrutaban.
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