lunes, 3 de febrero de 2014

Vivo por fuera y muerto por dentro XX

Capitulo 20-Tentaciones


C
on la ejemplar luna blanca enorme en forma de cuna iluminaba débilmente la cena entre Jeim y Togam, los jóvenes habían terminado de cenar, ambos estaban hasta reventar por la comida tan deliciosa, Vel tenía una buena mano para la cocina y a ellos les constaba. 
-Bueno, dime, ¿qué te pareció la cena?
Pregunto entusiasmadamente Jeim.
-Pero claro, estuvo deliciosa la comida y el lugar es hermoso. Respondió alegre Togam.
-Me alegro. Comento Jeim.
En la sombras, entre hojas verdes y enredaras Brun observaba, descontento y decepcionado de sí mismo, mordía la manzana con furia, cuando la termino de morder la dejo tirada, entonces comprendió que lo mejor era irse de esa manera se ahorraría un poco menos de dolor. 
Jeim y Togam reían felizmente, mientras Brun se alejaba ellos quedaron en silencio, Brun escuchaba unos ruidos y crujes de hojas, pero no le tomo importancia, estaba muy triste como para ello, al detectar el silencio, giro la cabeza inquietante y cuidadosamente para que no lo notaran. 
Ambos estaban observándose, Jeim se acerco cuidadosamente a Togam, quedando a unos escasos centímetros, empezó a ganar terreno y al final, la beso.
Los labios de Togam eran suaves, cálidos y dulces, con sabor a fresa generado posiblemente por los cosméticos en su boca, los labios de ella no resistían ni oponían alguna resistencia, el olor de Togam era a flores y dulces, a Jeim le fascinaba, el olor a plantas acarameladas se enredaba con el masculino olor de Jeim, los labios de él eran duros, pero suaves, quizá por estar nervioso, se relajaron y parecieron cojines, se alejaron un poco pero Togam dejo darle uno corto, uno de momento. Brun al mirar esto se alejo a mayor velocidad, pero aún lograba verlos perfectamente. Pero los ruidos regresaron intensificados, cuando regreso la vista, asustado por el sonido, Togam estaba escondida en sus hombros y sonrojada, Jeim igual pero tenía una gran sonrisa de oreja a oreja, pero una silueta apareció de un tubo de ventilación.
Era una persona con cuatro piernas, divididas por la radiación, este se acerco a Togam, Jeim se dio cuenta cuando esa cosa ya posaba las esqueléticas manos verdes sobre la cabeza roja de Togam.
-¡Togam!
Exclamo Jeim tomando la botella, pero esa cosa fue apartada por un pedazo de metal grueso que atravesó el pecho y sobresalió por las costillas, el metal sobresalía de un montón de carne que estaba rodeado por sangre naranja, era asqueroso para Jeim quién se acerco a Togam y la abrazo. Pero esa cosa aún se movía, se levanto y abrió sus dos bocas, tenía unas enromes fauces, divididas por una membrana, tenía dientes enormes del tamaño del antebrazo de Jeim, una lengua larga y retorcida que se movía en busca de algo. Sus brazos estaban arrastrándolo por el piso, cada vez era más rápido.
Pero fue frenada por más tubos de frío metal, lanzados desde la dirección de las enredaderas, Togam y Jeim giraron la cabeza para ver quién era, Brun.
Él solo los observo abrazados, con la cara enojada y sus ojos tapados por la oscuridad de la habitación, la luz de la luna solo iluminaba su boca, su mandíbula y los pómulos morenos.
-Brun... Gracias. Dijo Jeim.
-¿Cómo es que?...
Pregunto tímidamente. -Gracias... Pero ¿cómo?
Interrumpida Brun se dio media vuelta y empezó a caminar, cada vez más y se fue difuminando en la oscuridad de la noche y se perdió en las hojas de los árboles. Togam y Jeim se quedaron sorprendidos por ellos, plasmados se preguntaban ¿cómo llegó tan rápido? ¿Cómo sabía que estaban ahí?
-Creo que es mejor irnos. Comento Jeim.
-Claro. Asintió Togam, cuando giró la cabeza a la mesa, logro distinguir la manzana escondida por detrás de los arbustos, y entendió, que Brun estaba ahí porque los siguió.

Cuando regresaron, Togam se fue al cuarto propio a cambiarse y dormir, en cambió Jeim iría a hablar con Brun, pero cuando entro a la habitación, no estaba, ni él ni sus cosas, en ese momento Jey estaba pasando por el pasillo.
-Jey, ¿sabes dónde está Brun?
Pregunto Jeim.
-Mmm, no, no lo he visto desde la mañana. Contesto Jey con el vaso de agua en mano.
-Bueno gracias. Dijo Jeim.
-Si preguntas por Brun fue a dormir al piso de arriba, creó que no quería verte, o bueno algo sí murmuro además de estar muy enojado. Comento una voz, Eric.
-¿Qué? Pero ¿por qué?
Preguntó Jeim.
-No lo sé, la verdad es que solo vi cuando tomo sus cosas y subió las escaleras. Contesto él.
-Bueno, gracias. Dijo Jeim dirigiéndose al piso de arriba.
Estando ya en una planta más arriba, de colores grises y azules, sin muebles ni nada, solo estaba un largo pasillo que llegaba a otra escalera, con una pared seca y desgastada, estaban puertas de madera en condiciones buenas más no espectaculares, así que tocó en la primera.
-Hola, ¿Hay alguien?
Pregunto Jeim, pero nadie respondió, volvió a tocar y salió una chava de cabello ondulado color café, piel blanca, ojos color vede esmeralda, con una camisa de colgantes de color rosa y unos short puestos, Jeim aparto la vista.
-Hola. Saludo ella.
-Hola, oyes. Comento él.
-¿Sí?
-¿Sabes si un nuevo chavo se quedo aquí? Tiene una altura mediana, me llega a  barbilla, de piel morena, ojos color oliva, cabello negro. Describió Jeim señalando cada cosa.
-Creo que sí, está en la habitación de al final. Contesto ella señalando una puerta de madera en mejores condiciones.
-Gracias. Dijo Jeim dirigiéndose a la puerta y la chica cerrando.
Cuando llego a la puerta el toco, y casi inmediatamente un chavo giró la perilla, era alto, casi igual que él, piel blanca y cabello negro, y unos peculiares ojos marrones.
-¿Te puedo ayudar en algo?
Preguntó él.
-Sí, ¿está mi compañero aquí?
-¿Quién es?
Pregunto una voz gruesa.
-¡Brun!
Contesto Jeim.
-¿Lo conoces?
Pregunto el chico.
-Sí, pero no tengo nada que hablar con él. Contestó Brun acostado dándole la espalada a Jeim.
-Oyes, ¿podemos hablar?
Sugirió Jeim.
-¡No! Edgar cierra la puerta. Ordeno Brun.
-Será mejor que los deje hablar solos, nos vemos al rato Brun, me toca turno. Contesto él atravesando la puerta e invitando a Jeim. -Pasa.
-Gracias.
-¿Qué quieres?
Pregunto enojado Brun.
-No sé porqué estas de este modo pero no tienes porque desquitarte así conmigo. Contesto el otro.
-¿No?
Respondió Brun con tono altanero y sarcástico.
-No. Respondió Jeim.
-Bueno, ¿y qué quieres?
-Hablar.
-Yo no tengo nada de qué hablar contigo. Respondió de la misma manera Brun.
-¿Por qué estabas donde yo y Togam estábamos?
-No sé. Contesto fríamente Brun.
-¿Por qué sabías que estábamos ahí?
-Coincidencia. Respondió soberbiamente Brun mirándolo con enojo.
-Eres completamente obvio cuando estas enojado. Comento Jeim.
-Eso a ti no te incumbe. Contesto Brun.
-¡Claro que sí!
-Mejor vete a besar con Togam. Sugirió Brun cayendo sobre la cama y regresando la espalda.
-¡¿Qué?! 
Pregunto Jeim, quedando unos minutos en silencio Brun se arrepentía de haber dicho eso, y Jeim habló.
-Con que es por eso, por Togam. Dijo Jeim.
-Claro que no. Contesto Brun.
-Nos seguiste a nuestra cita, por eso sabías donde estábamos y como habías llegado tan rápido.
-¡Cállate!
Ordeno Brun.
-¡Estas enojado porque le gusto a Togam!
Exclamo Jeim, seguido de un momento sin sonido de Brun.
-¿Y qué?
Dijo Brun.
-Eso no es motivo para acabar con nuestra amistad. Comento Jeim.
-No, pero. 
-Togam es libre de elegir, y no puedes hacer nada parta evitarlo.
-Si, pero no es justo que te quedes con ella. Argumento Brun.
-¿Qué?
Pregunto sorprendido Jeim.
-Además, eres más fuerte y alto, ¿por qué Togam te eligió?
Susurro Brun.
-¿Estas enamorado de ella?
Pregunto Jeim y Brun regreso a quedar en  silencio.
-Bueno, no te enojes por ello, una chica es una chica y listo.
-Entonces déjala. Sugirió Brun.
-Estás loco. 
-Si quieres que nuestra amistad siga, ¡déjala!
-¡No!
-Entonces dejamos de ser amigos. Hablo Brun.
-Sí, maldito consentido. Dijo el otro.
-Cierra tu boca.
-Púes mira que yo tengo el amor de Togam.
-¡Lárgate!
Ordeno Brun levantándose y señalando la puerta. 
-Está bien, nos vemos inmaduro egoísta.
-¡Adiós!
Y Jeim azotó la puerta, camino enojado por el cuarto y se metió a su cuarto a tomar un baño. Brun se quedo recostado mirando la ventana.
Jeim pensaba:
-<<Es un maldito egoísta>>-
Y Brun.
-<<Vaya amigo que me conseguí>>-

Ya en la mañana, Brun solo baja cuidadosamente para no ver la cara de Jeim, y este igual, pero Juria les hablo:
-Oigan, equipo he conseguido algo.
Todos salieron, a excepción de Brun que estaba en el piso de arriba.
-Togam ve a hablarle al negro. Dijo Juria.
-No seas grosera, y sí, yo me encargo. Dijo Togam.
-Dile que he conseguido nuevas armas. Menciono Juria.
-Claro. Dijo la otra subiendo las escaleras.
Cuando llego al piso de arriba tocó la puerta, en ese momento salió Brun en bóxer, cuadriculados de color rojo, Togam se quedo mirando un momento el cuerpo de Brun, fuerte y marcado con su piel café y sus cabellos enmarañados, era evidente que se había levantado en ese momento, pero cuando regreso a su mente que estaba en bóxer giro la cabeza sonrojada.
-¿Quién es? 
Pregunte él tallándose un ojo, pero cuando notó que era Togam, se cubrió y cerró la puerta.
-¡L-lo siento!
Se disculpó Brun.
-No te preocupes, solo venía a decirte que fueras a bajo, Juria consiguió algo. Respondió Togam.
-Claro, solo espera ¿sí?
Dijo Brun.
Pasando unos minutos Brun salió, tenía una camisa blanca que se pegaba, unos jean's azules rotos de las rodillas y unos tenis, nada casual.
-Disculpa por la demora. Dijo Brun.
-No te preocupes. Comento Togam, y Brun quedo fascinado con su figura, una camisa gris, un pantalón azul y unas botas cafés, el cabello amontonado del lado derecho. -Bueno, vamos.
Caminando lentamente y hablando de cosas sin sentido, Togam dijo:
-Te ves deprimido, ¿por qué?
-No es nada. Respondió él.
-Entonces, no quiero sonar grosera ni nada pero, ¿cómo supiste que estaba con Jeim en esa cena?
Pregunto Togam.
-Solo, estaba siguiendo esa cosa. Dijo Brun tratando de engañarla.
-Está bien, por un momento pensé que nos estabas espiando. Comento ella.
-Como crees, yo no...
Dijo sin terminar Brun perdiéndose en la mirada de esos zafiros azules en los ojos de Togam.
-¿Qué pasa?
-Nada. Dijo Brun, se acerco más a Togam y él la tomo por la cintura. -Togam yo...
-Brun, ¿qué pasa?
-Togam, yo te quiero. Dijo Brun antes de besarla, sus labios eran iguales, cálidos y suaves con su dulce sabor, su respiración de ella se agito momentáneamente y después se apaciguo, Brun tenía los labios como panqueques, dulces y suaves, pero su respiración era muy calmada. La esencia de Brun era a limón, un distintivo olor agrió pero refrescante y encantador, dulce y agrio era una tentadora combinación.

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Togam se alejo un poco y perdida en sus ojos, ella regreso a besarle, esta vez sus bocas hacían una danza, Brun le seguía y ambos no se resistían. La boca de Togam le hacía sentir cosas, y Brun no dejaba de besarla, se recargaron de un golpe contra la pared de las escaleras y no pararon. Ambos lo disfrutaban.

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