Capítulo
27- Discusión
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ogam entraba sutilmente al cuarto de Juria, que estaba sin alguna
palabra en la boca y esperaba para recitar una pregunta que revoloteaban en su
cabeza confundida.
Cuando Togam se sentó
Juria abrió la boca y estando a un instante de preguntar Eric salió del baño
sin camisa.
-Ah vaya chicas... No
esperaba que Togam estuviera aquí- Dijo él.
Juria se avergonzó pero
Togam quedo con la cara normal, serena sin algún rastro de asombro, ¿tal vez
sea por Brun?, ¿Tal vez sea por qué estaría en la misma incomodidad si eso
hubiese pasado en su alcoba? Tal vez.
-Eric, ¿puedes vestirte?
Pregunto Juria sin
mirarlo.
-Claro- Dijo Eric
regresando al baño, Juria aprovecho para disculparse con Togam por esa escena.
-Bueno chicas, será
mejor que las deje hablar... Juria me visas para...- En ese instante Eric salió
de la puerta sin darle algún momento para que Juria le reclamara o preguntara
¿para qué?
Ya ambas solas, Juria
respiro profundo, pensó que iba a preguntar y sin algún pelo en la lengua,
comenzó:
-Bueno, dime exactamente
qué fue lo que te dijo Anny, y ¿cuál es la relación entre esa tal Shpan y
Albert?
-Togam se acomodo y se
recargo un poco para atrás y mirando el techo blanco emperlado respondió sin
más.
-Hace unas semanas fui
testigo de un acto que me asombró, aquella ocasión donde nos empezamos a
conocer, fui a revisar o investigar lo que tramaba Albert, lo seguí y note como
entraba al camión donde estaban los niños, cuando salió se acomodo su cinto,
entonces me entró la duda y fui a revisar que había sucedido. Cuando entre me
encontré con que Albert había golpeado brutalmente a los niños, y la única
ilesa era Anny, y comenzamos a hablar cual fue la razón, a pesar de que no
tenga justificación. Y me enteré que Albert tiene planeado aniquilar a aquellos
niños inútiles para su dictado.
-Espera, ¿dictado?-
Pregunto asombrada
Juria.
-Sí, no tengo casi nada
de información sobre eso, pero lo que he logrado encontrar es que esta juntando
a los niños más capaces o fuertes según él para luego hacerlos parte de su ejército...
Pero no se qué tipo o clase de ejercito este haciendo...- Explico Togam,
quedando más dudas retornando en la cabeza de Juria.
-Por eso... Maldito hijo
de puta- Dijo Juria casi susurrando.
-Lo sé- Compadeció
Togam.
-Entonces... Mi otra
pregunta-
-Su relación, no tengo
nada de información. Sabía que tenían algo entre manos pero nunca pensé que
fueran amantes, ni mucho menos... Además de que por ella me restringieron mi
campo de trabajo, por eso no tengo más información-
Respondió Togam echándose
sobre la cama.
Juria llena de ira y
frustración salió de la habitación.
-¡Juria ¿a dónde vas?!-
Pregunto Togam.
-¡No te preocupes!-
Salió gritando Juria
dejando a Togam, que casi inmediatamente se retiro a su cuarto, y cuando llego
no se equivocaba. Brun estaba dormido sin ropa a excepción de su ropa interior.
Juria paso por los pisos
subiendo escaleras y golpeando a cada guardia que resguardaba los pisos hasta
llegar al vasto espacio de Albert.
Cuando se topo con la
enorme puerta de madera obscura y fina, brillosa y nueva. Juria toco
frenéticamente la puerta, al quinto golpe la puerta se abrió y era una
habitación espaciosa, con una cama circular en medio, enormes cristales
traslucidos que eran las ventanas, un piso de mármol reluciente. Cortinas de seda
roja y reluciente, una mesa pequeña entre la cama y la puerta, la puerta estaba
en medio de la habitación quizá generada por el ego de Albert. Un sillón negro
acogedor detrás de la mesa, y una pantalla de plasma sujetada, alado en una pared
blanca tan pura que casi segaría si fuese de día a un costado de la puerta. Una
puerta estaba al lado derecho de la cama, el baño y otra separada por un mueble
que dejaba ver la cocina metálica.
Albert no estaba, Juria
estaba en el cuarto sola... Eso parecía.
-¡Albert sal y muéstrate
maldito cobarde de las mil putas!-
Exclamaba fuerte a todo
pulmón Juria.
Enojada tomo la pantalla
y la tiro al suelo, quebrándose en miles de pedazos y un eco domino el cuarto.
Un eco seco de cristales chocando contra el piso blanco, un
tic-tac sonaba y los cristales dejaban un sonido puntiagudo e incesante, cada vez
más bajo y débil, tomando fuerza nuevamente con sonidos algo gruesos y pesados,
el tic-tac-tuc de un inicio se transformaba en un taz-tum-tik a cada segundo.
Cuando Juria se dio cuenta de que ese sonido era generado por pisadas, y cuando
menos se lo esperaba fue pateada por la espalda hacia delante.
Rodó y se reincorporo
dirigiendo la mirada al agresor, a su agresor, a su víctima. Como resultado vio
la cara de Albert.
Tenía botas negras, un
pantalón militar, una camisa negra de manga larga que solo tapaba hasta la
mitad de su antebrazo, y su collar con las iniciales M.A.D.
Cuando Juria se levanto
Albert le sermoneó:
-Vaya, ¿qué tenemos
aquí? Una de mis mejores guardaespaldas. ¿A qué se debe tu banal visita?
¡Rompiendo mis lujos! Sabes, te lo perdonaré si cumples una misión-
-Así ¿Cuál?-
-Mata a ese grupito tuyo.-
-Ni loca-
Respondió Juria.
-Bien, te envenenaron,
me desobedeces además de responderme, entonces sabes que significa, ahora pagas
vil ¡sanguijuela!-
Exclamando y reventando
la tele con una patada en la última exclamación.
-Cállate bastardo. ¡No
eres más que un cobarde!-
Albert se acerco en un
pestañear de ojos y Juria solo esquivo un golpe que iba directo a la quijada,
ambos se miraron unos cuantos momentos. Juria sabía perfectamente que Albert
era fuerte, muy fuerte y mucho más que ella, era rápido y sigiloso, pero era
necio y predecible. Tenía altas ventajas pero una desventaja fatal.
Albert se acerco a un armario invitando a Juria:
-Cómo noto que no vienes
para darme gracias de nada y tus intenciones son claras, te propongo algo-
-¡¿Qué?!-
-Una pelea justa. Yo se
que te gustan las hachas, es más me atrevo a decir que las amas y te metes la
pun...-
Siendo interrumpido por
un cristal volador que se acerco a su oreja.
-Bueno, ten-
Arrojándole un hacha
plateada y negra casi en su totalidad de no ser por los detalles finos de color
oro.
-En lo personal elijo
las guadañas-
Tomando una guadaña de
la mitad de alto que él y apuntando a Juria. Ambos sabían la respuesta ante l propuesta
del duelo.
El ambiente era claro, alguien iba a morir, todo fue rápido y se
podía decir... Planeado: Albert sabía que algún día Juria se enteraría.
Ambos guardaron postura
y sujetaron las armas como si fuesen parte de su cuerpo.
Albert se acerco primero
a grandes zancadas a una gran velocidad, Juria igual pero derrapo esquivando el
corte varonil que corto sin alguna dificultad la esquina del sillón caro.
Juria se reincorporo y
salto esquivando otro corte golpeando en la cara de Albert con su pie, su hacha
en esos momentos estaba en el aire dando vueltas, la había levantado para darle
mayor salto en ese momento, Albert solo giro sobre su eje y con un golpe que
partiría en dos la cabeza a Juria fue detenido por la hoja gruesa de la hacha,
Juria la tomó cuando sus pies tocaron el suelo, retrocediendo por la fuerza de
su oponente golpeo la panza y dio un rodillazo cuando este se agacho.
Albert hizo una mueca de
dolor, estaba siendo derrotado por una niña.
El alcohol se fue después de hablar con Togam, no estaba nada
ebria.
Juria tomo con ambas
manos el mango y golpeo con todas sus fuerzas el arma de Albert. Partiéndola y
cortando la camisa de Albert. Juria estaba segura que con el siguiente, ese vil
humano estaba acabado.
Pero repentinamente la
luz se fue, y la habitación quedo iluminada con la luz de la luna.
Juria se detuvo por
perder de vista a Albert, y sintió unos cuantos golpes en la espalda, cuando se
giro Albert pateó con fuerza su panza levantándola hasta llegar a la cama,
Albert se acerco apenas perceptible y hablo:
-Vaya, ¿pensaste en que
me podrías ganar? Niña tonta, no podrías ni en un millón de años, nunca estaba
perdido solamente trataba de subirte los humos para luego prenderte en fuego-
Juria se levanto y trato
de golpear la cara de Albert pero fue detenida por un rodillazo, la dejo en el
suelo y comenzó a patearla dejándola casi sin conocimientos.
-Diles a tus amigos que
están muertos, además de que... Desde un inicio estaba intentando deshacerme de
ustedes-
-¿Desde un principio
querías que los matáramos?... ¿Verdad?-
-Sí-
Dijo entre unas risas pequeñas que más bien parecían respiraciones
forzadas.
-Púdrete en el infierno-
-Cierra la boca ramera
sucia-
Pateando una vez más a
Juria dejándola inconsciente.
La última vista de Juria fue a una mujer de cabello ondulado y alborotado
detrás de él, iluminada fuera del cuarto, atrás de la puerta, vestido blanco con crema… manchado
de rojo, esa persona de pie era Shpan.
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