lunes, 17 de marzo de 2014

Vivo por fuera y muerto por dentro XXVII

Capítulo 27- Discusión


T
ogam entraba sutilmente al cuarto de Juria, que estaba sin alguna palabra en la boca y esperaba para recitar una pregunta que revoloteaban en su cabeza confundida.
Cuando Togam se sentó Juria abrió la boca y estando a un instante de preguntar Eric salió del baño sin camisa.
-Ah vaya chicas... No esperaba que Togam estuviera aquí- Dijo él.
Juria se avergonzó pero Togam quedo con la cara normal, serena sin algún rastro de asombro, ¿tal vez sea por Brun?, ¿Tal vez sea por qué estaría en la misma incomodidad si eso hubiese pasado en su alcoba? Tal vez.
-Eric, ¿puedes vestirte?
Pregunto Juria sin mirarlo.
-Claro- Dijo Eric regresando al baño, Juria aprovecho para disculparse con Togam por esa escena.
-Bueno chicas, será mejor que las deje hablar... Juria me visas para...- En ese instante Eric salió de la puerta sin darle algún momento para que Juria le reclamara o preguntara ¿para qué?
Ya ambas solas, Juria respiro profundo, pensó que iba a preguntar y sin algún pelo en la lengua, comenzó:
-Bueno, dime exactamente qué fue lo que te dijo Anny, y ¿cuál es la relación entre esa tal Shpan y Albert?
-Togam se acomodo y se recargo un poco para atrás y mirando el techo blanco emperlado respondió sin más.
-Hace unas semanas fui testigo de un acto que me asombró, aquella ocasión donde nos empezamos a conocer, fui a revisar o investigar lo que tramaba Albert, lo seguí y note como entraba al camión donde estaban los niños, cuando salió se acomodo su cinto, entonces me entró la duda y fui a revisar que había sucedido. Cuando entre me encontré con que Albert había golpeado brutalmente a los niños, y la única ilesa era Anny, y comenzamos a hablar cual fue la razón, a pesar de que no tenga justificación. Y me enteré que Albert tiene planeado aniquilar a aquellos niños inútiles para su dictado.
-Espera, ¿dictado?-
Pregunto asombrada Juria.
-Sí, no tengo casi nada de información sobre eso, pero lo que he logrado encontrar es que esta juntando a los niños más capaces o fuertes según él para luego hacerlos parte de su ejército... Pero no se qué tipo o clase de ejercito este haciendo...- Explico Togam, quedando más dudas retornando en la cabeza de Juria.
-Por eso... Maldito hijo de puta- Dijo Juria casi susurrando.
-Lo sé- Compadeció Togam.
-Entonces... Mi otra pregunta-
-Su relación, no tengo nada de información. Sabía que tenían algo entre manos pero nunca pensé que fueran amantes, ni mucho menos... Además de que por ella me restringieron mi campo de trabajo, por eso no tengo más información-
Respondió Togam echándose sobre la cama.
Juria llena de ira y frustración salió de la habitación.
-¡Juria ¿a dónde vas?!-
Pregunto Togam.
-¡No te preocupes!-
Salió gritando Juria dejando a Togam, que casi inmediatamente se retiro a su cuarto, y cuando llego no se equivocaba. Brun estaba dormido sin ropa a excepción de su ropa interior.

Juria paso por los pisos subiendo escaleras y golpeando a cada guardia que resguardaba los pisos hasta llegar al vasto espacio de Albert.
Cuando se topo con la enorme puerta de madera obscura y fina, brillosa y nueva. Juria toco frenéticamente la puerta, al quinto golpe la puerta se abrió y era una habitación espaciosa, con una cama circular en medio, enormes cristales traslucidos que eran las ventanas, un piso de mármol reluciente. Cortinas de seda roja y reluciente, una mesa pequeña entre la cama y la puerta, la puerta estaba en medio de la habitación quizá generada por el ego de Albert. Un sillón negro acogedor detrás de la mesa, y una pantalla de plasma sujetada, alado en una pared blanca tan pura que casi segaría si fuese de día a un costado de la puerta. Una puerta estaba al lado derecho de la cama, el baño y otra separada por un mueble que dejaba ver la cocina metálica.
Albert no estaba, Juria estaba en el cuarto sola... Eso parecía.
-¡Albert sal y muéstrate maldito cobarde de las mil putas!-
Exclamaba fuerte a todo pulmón Juria.
Enojada tomo la pantalla y la tiro al suelo, quebrándose en miles de pedazos y un eco domino el cuarto.
Un eco seco de cristales chocando contra el piso blanco, un tic-tac sonaba y los cristales dejaban un sonido puntiagudo e incesante, cada vez más bajo y débil, tomando fuerza nuevamente con sonidos algo gruesos y pesados, el tic-tac-tuc de un inicio se transformaba en un taz-tum-tik a cada segundo. Cuando Juria se dio cuenta de que ese sonido era generado por pisadas, y cuando menos se lo esperaba fue pateada por la espalda hacia delante.
Rodó y se reincorporo dirigiendo la mirada al agresor, a su agresor, a su víctima. Como resultado vio la cara de Albert.
Tenía botas negras, un pantalón militar, una camisa negra de manga larga que solo tapaba hasta la mitad de su antebrazo, y su collar con las iniciales M.A.D.
Cuando Juria se levanto Albert le sermoneó:
-Vaya, ¿qué tenemos aquí? Una de mis mejores guardaespaldas. ¿A qué se debe tu banal visita? ¡Rompiendo mis lujos! Sabes, te lo perdonaré si cumples una misión-
-Así ¿Cuál?-
-Mata a  ese grupito tuyo.-
-Ni loca-
Respondió Juria.
-Bien, te envenenaron, me desobedeces además de responderme, entonces sabes que significa, ahora pagas vil ¡sanguijuela!-
Exclamando y reventando la tele con una patada en la última exclamación.
-Cállate bastardo. ¡No eres más que un cobarde!-
Albert se acerco en un pestañear de ojos y Juria solo esquivo un golpe que iba directo a la quijada, ambos se miraron unos cuantos momentos. Juria sabía perfectamente que Albert era fuerte, muy fuerte y mucho más que ella, era rápido y sigiloso, pero era necio y predecible. Tenía altas ventajas pero una desventaja fatal.


Albert se acerco a un armario invitando a Juria:
-Cómo noto que no vienes para darme gracias de nada y tus intenciones son claras, te propongo algo-
-¡¿Qué?!-
-Una pelea justa. Yo se que te gustan las hachas, es más me atrevo a decir que las amas y te metes la pun...-
Siendo interrumpido por un cristal volador que se acerco a su oreja.
-Bueno, ten-
Arrojándole un hacha plateada y negra casi en su totalidad de no ser por los detalles finos de color oro.
-En lo personal elijo las guadañas-
Tomando una guadaña de la mitad de alto que él y apuntando a Juria. Ambos sabían la respuesta ante l propuesta del duelo.

El ambiente era claro, alguien iba a morir, todo fue rápido y se podía decir... Planeado: Albert sabía que algún día Juria se enteraría.
Ambos guardaron postura y sujetaron las armas como si fuesen parte de su cuerpo.
Albert se acerco primero a grandes zancadas a una gran velocidad, Juria igual pero derrapo esquivando el corte varonil que corto sin alguna dificultad la esquina del sillón caro.
Juria se reincorporo y salto esquivando otro corte golpeando en la cara de Albert con su pie, su hacha en esos momentos estaba en el aire dando vueltas, la había levantado para darle mayor salto en ese momento, Albert solo giro sobre su eje y con un golpe que partiría en dos la cabeza a Juria fue detenido por la hoja gruesa de la hacha, Juria la tomó cuando sus pies tocaron el suelo, retrocediendo por la fuerza de su oponente golpeo la panza y dio un rodillazo cuando este se agacho.
Albert hizo una mueca de dolor, estaba siendo derrotado por una niña.

El alcohol se fue después de hablar con Togam, no estaba nada ebria.
Juria tomo con ambas manos el mango y golpeo con todas sus fuerzas el arma de Albert. Partiéndola y cortando la camisa de Albert. Juria estaba segura que con el siguiente, ese vil humano estaba acabado.
Pero repentinamente la luz se fue, y la habitación quedo iluminada con la luz de la luna.
Juria se detuvo por perder de vista a Albert, y sintió unos cuantos golpes en la espalda, cuando se giro Albert pateó con fuerza su panza levantándola hasta llegar a la cama, Albert se acerco apenas perceptible y hablo:
-Vaya, ¿pensaste en que me podrías ganar? Niña tonta, no podrías ni en un millón de años, nunca estaba perdido solamente trataba de subirte los humos para luego prenderte en fuego-

Juria se levanto y trato de golpear la cara de Albert pero fue detenida por un rodillazo, la dejo en el suelo y comenzó a patearla dejándola casi sin conocimientos.
-Diles a tus amigos que están muertos, además de que... Desde un inicio estaba intentando deshacerme de ustedes-
-¿Desde un principio querías que los matáramos?... ¿Verdad?-
-Sí-

Dijo entre unas risas pequeñas que más bien parecían respiraciones forzadas.
-Púdrete en el infierno-
-Cierra la boca ramera sucia-
Pateando una vez más a Juria dejándola inconsciente.

La última vista de Juria fue a una mujer de cabello ondulado y alborotado detrás de él, iluminada fuera del cuarto, atrás  de la puerta, vestido blanco con crema… manchado de rojo, esa persona de pie era Shpan.

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