martes, 8 de julio de 2014

Abismo- Cap. 7

Capítulo 7- Decisiones

S
hpan seguía en el suelo, conmocionada. No entendía que sucedería con ella. De alguna manera, estaba tranquila porque sabía que se quedaría. Pero no comprendía bien a que se referían.
Los demás presentes, estaban satisfechos, tendrían que lidiar con Shpan, pero sabían que esa era la respuesta correcta.
Entonces… ¿Qué haremos primero?
Preguntó Are.
Simple explíquenle las reglas. Si quiere quedarse o no ser castigada tiene que obedecerlas.
Mar empezó a caminar a la puerta.
Si me permiten, Vel lidera un grupo para que vayan a recolectar comida, Are irá con ustedes.
Claro.
El chico de cabello negro y nariz lastimada salió del cuarto en dirección a su cuarto.
Entonces… Cat, ¿te puedes llevar a Shpan de aquí?
Vel parecía sereno, tranquilo. Todo estaba en orden dentro de su cabeza.
Con gusto, de pie princesa.
Cat de un jalón hizo que Shpan estuviera en dos piernas, y enseguida se la llevo al cuarto confinado.
Bien, ahora tengo que elegir quien va conmigo.
 Todos comenzaron a decir “yo”.
John, quédate. Para tener un poco de orden.
John asintió.
Juria, Jey ustedes vienen conmigo.
Entonces vamos.
La voz de Are era entusiasta, con un sonrisa en cara.
Siguieron a Vel, tomaron los aparatos y comenzaron a saltar. Dirigiéndose entre los árboles para encontrar rutas, nueces, etc.

Mar en su cuarto estaba sentado, calmado.
Vaya que dolió, pero nada alarmante.
Tenía una bandita en su nariz.
¿Puedo pasar?
Preguntó alguien en la puerta.
Claro.
Al voltear para saber de quién era esa voz, se dio cuenta que era Brun.
Sabes, no tienes que pedir permiso para entrar a tu cuarto.
Lo sé, pero no me sentía cómodo entrando en la misma sala donde alguien esta lastimado.
Que va, sólo dime que vas a entrar y listo. No quiero ser interrumpido.
Mar lo miro con cara picara, Brun entendió eso.
Pues lo mismo digo, no quiero que… Me interrumpan.
Si por Togam te refieres, no creo molestar.
Brun se sonrojo al recordar aquella figura, que ahora sería difícil de tomar.
Tengo que hablar con Shpan.
Dijo Brun.
¿Con qué objetivo?
Mar seguía de buen humor.
Pues… Quiero dejarle en claro que no puede hacer lo que le plazca.
Comprendo, pero Cat le dejará muy en claro eso, no te preocupes por ello.
No, es que… Yo quiero… Ella no logará…
¿Venganza?
Preguntó Mar, su cabeza observada hacia atrás, estaban de espaldas.
Pues…
Mira, no tienes que dar excusas baratas. Sólo se sincero.
Mar se levantó.
Sígueme.
Brun hizo lo mismo,  y caminaron al cuarto donde se encontraba Shpan.
Al abrir, estaba ella sobre la cobija, en el suelo y con el cabello recogido en una coleta. Giró repentinamente para ver quién era.
Hola.
Saludó amistoso Mar.
¿Qué quieren? No fue bastante hace rato, ¿verdad?
Calma, no vengo por eso, Cat te debió contar todo lo que está permitido, y lo que no.
Sí, y me sorprende que sean tan relajados. Pero, ¡¿No poder salir a cierta hora?!
Sí, cuando se supone que dormimos, en el suelo, una gran cantidad de esas cosas se reúnen. Y se dirigen a algo, pero nunca nos hemos hecho la idea de ir tras ellos. Éramos pocos.
Ya veo, y… ¿Qué quieren?
Bueno, aquí nuestro amigo—
Interrumpido por Shpan.
Tu amigo, mi conocido.
Como quieras. Brun quiere hablarte.
El chico dio un paso hacia delante.
Shpan, quiero saber por qué hiciste lo que hiciste con Anny.
Shpan guardaba silencio, no quería responder.
Dime, tengo que saber. Ese idiota de Albert no puede quedarse así.
Pero seguía si respuesta.
Brun comenzaba a perder la paciencia, pero Mar se adelantó.
Caminó rápido, levantó la mano y con la palma, sujetó el cuello de Shpan.
Era fuerte, sus delgados huesos lastimaban seriamente a Shpan, sin titubeos y sin remordimiento iba apretando más y más. Su cara sería comenzaba a tomar forma.
Una sonrisa, divertida y picara. Una vista a primera fila del sentido de “disfrutar”. Su sonrisa mostraba sus dientes, estaba forzada pero no se contendría.
Sue… Suelta…
Shpan pateaba a Mar alejándolo, pero no lo conseguía, cada vez sus dedos enterraban su cuello, la fuerza era una tortura, cada vez más y más, hasta que Mar soltó una pequeña risa y la soltó. Casi a punto de perder la conciencia.
Vaya… Tengo que pedir disculpas, no podía contenerme.
Shpan trataba de obtener oxigeno a bocanadas, y se alejaba arrastrándose por el suelo, alejándose de Mar.
Perdón, jeje… Continua, solo hice para que hablara.
En ese momento entendió Brun, que por algo era quien los lideraba, era más cruel e inteligente que Are y Cat.
Bueno…
Incómodo por lo sucedido.
Dime, ¿qué objetivo tenía?
Shpan no quería sentir lo mismo, así que decidió contestar.
Bien… Albert con ayuda de sus dos nuevos guaruras, toman el control… Con una clase de arma, como un chip que se inyecta y tiene el uso por dos horas.
¿Qué?
Brun no entendía.
Sí… ¿Crees que hacía todo eso por convicción?
Claro.
Shpan se sintió herida.
Pues no tanto, es como una droga, la mayoría del tiempo lo estaba. Claro que tenía voluntad para hacer eso, pero, me trataba más como su putilla. Por eso lo deje, peor cuando me escapé… Me dejo con ustedes, ¿contento con eso?
No comprendía eso.
¿Cómo hizo esa droga o chip o lo que sea?
No sé, pero los dos saben usar armas bioquímicas, y Albert tiene los  medios, creo que se dirige a una civilización.
¿Cómo sabes eso?
Cuando pasaba el efecto, me dormía y a veces escuchaba pláticas o cosas así, por eso sospecho.
¿Mataste a esa chica por voluntad?
Mar interfirió.
¡No! Me caía mal, pero no sería suficiente. Albert la odiaba… Solo fui… Un títere.
Ya veo, gracias Shpan. Pero sigues siendo una promiscua.
Shpan levantó la cara y con una sonrisa dijo:
Dime algo que no sepa.

Horas después ambos salieron a la cocina.
Con que una droga…
Mar tendió un sándwich.
Estoy seguro que está mintiendo.
Brun tomó el bocadillo.
Concuerdo con ello, pero en algo tiene razón, solo fue un títere.
Pero, por lo menos ahora puede ser un perro, bueno, perra.
Mar decía eso con naturalidad, sin molestias.
Por ahora sí.
¿La perdonarán?
No.
Fue clara la respuesta.
Podremos lidiar con ella, solo eso.
Comprendo… No me sorprende.
Quedaron en silencio, cuando a Brun se le vino a la mente una pregunta, cuya no fue respondida para Vel.
¿Qué hacían ustedes aquí?
Mar masticó y tragó.
Ya se lo contaré cuando estén todos.
Pero, ¿desde cuándo?
Hace poco tiempo, no creo que les guste la idea que te diga todo ¿verdad?
Brun asintió, y pensó algo más, algo que susurró sin darse cuenta.
¿Qué habrán estado haciendo los tres solos a estas alturas?
Muchas cosas, cosas sin permiso de ellos te puedo contar.
Brun quedo sorprendido.
Te lo dejaré a tu imaginación, nuevamente.
Mar hablaba así, solo para confundirlo.
Vamos, tenemos que ordenar el cuarto, lo dejase nefasto.
Mar se levanto de la silla.
¿Qué?
Claro, comer en la cama, dejar la ropa tirada y dejar las cosas donde te plazcan no me agrada.
Pero yo no he hecho eso.
¿Comer en la cama?
Brun quedo en silencio.
Igual, ha que recoger un poco.
Brun se levantó y lo siguió. ¿Cómo parecía una persona completamente normal y ser una carnicería ambulante?
Otra cosa, las aves y los animales se acercan muy rápido, están huyendo. Mañana seguro llegará una bestia o algo, entrenemos hoy.
Brun asintió.

Me sorprendió lo que sucedió en ese cuarto.
Comentó Are  rebotando en una rama.
Sí, igual a mí, pero a final de cuentas. Ella ya pagará.
Vel estaba observando hacía donde se dirigían.
¿Hacia dónde vamos?
Preguntó Jey.
A un lago, ahí es donde se encuentra el agua que podemos beber y a su alrededor hay algunos arbustos y árboles, lo descubrimos un poco después de que llegáramos.
Are redujo la velocidad.
Ya veo, ¿por qué no se quedaron más cerca?
Juria estaba cansada.
No queríamos atraer más personas y ellas se quedaran con esto.
Tiene sentido.
Susurró Vel, cuando le paso por lamente otra pregunta.
¿Han encontrado más personas?
¿Por qué lo dices?
Are se detuvo en una rama y comenzó a descender lentamente.
Por lo que acabas de decir, las construcciones y los equipos extra.
Bueno, respondiendo a tu respuesta. Sí, estábamos en un grupo.
¿Qué fue de él?
Preguntó sin rodeos Juria, enseguida Jey la fulminó con la mirada.
Pues, algo muy similar a ustedes. Nos dejaron… Creo que Mar les hablará más a profundo sobre ello.
Todos caminaron en dirección al lago, tranquilo. Agua clara y pura, con algunos peces pequeños. Rodeado de pasto y arena, algunos árboles pequeños fruteros a su alrededor y arbustos con moras.
Bueno, este lugar no fue tocado por otras manos que no fueran las nuestras.
Are se inclinó a tocar el agua y los peces se acercaron mordiendo sus dedos, daban un poco de gracia.
Ya veo, recolectamos mucho… ¿o?
Jey no quería abusar.
Tranquila, tomen lo que crean necesario, yo tomaré lo suficiente para mi, Mar y Cat.
Vel preguntó:
¿Dónde meteremos todo eso?
Simple, traje unas bolsas donde estará sujeto todo.
Are sacó de su bolsillo unas bolsas las cuales se amarraban a su pantalón.
No muestran gran dificultad, no se preocupen por el peso.
Entonces se dirigió a una piedra grande y se sentó.
Vel no le dio mucha importancia y comenzó a recolectar.
Pasaban los minutos e iban tomando lo que podían comer. Todo en silencio hasta que Jey habló.
Are, una pregunta.
Claro, dime.
No es por meterme ni mucho menos pero… ¿De dónde vienen?
Are respiró profundo.
Bueno, a decir verdad es que no me acuerdo, tanto como yo, Cat y Mar no sabemos. A veces recordamos un poco de nuestro origen, pero según no ha dicho y hemos recodado veníamos de una ciudad pequeña ubicada al norte de nuestra base. Pero ya no queda nada.
Juria no podía callar.
¿Cómo lo sabes?
Hace días regresamos a ver si era cierto, lo único que encontramos fueron calles desiertas, edificaciones corrompidas y mucho desorden.
Ya veo.
Jey pellizcó en un costado a Juria, ella se quejo un poco.
Vel no quería preguntar más, seguramente respondería lo mismo, que Mar les contaría.
Todos sabían eso, pero incluso Jey quería preguntar más, era un poco sospechoso no saber nada de ellos, pero procuro estar alerta.

Terminamos.
Anunció Jey.
¿Tienen todo?
Preguntó Are.
Sí, podemos irnos… ¿Seguro que resistirán las bolsas?
Jey se sentía pesada.
Claro, sino miren.
Fue cuando se elevo con la misma facilidad que antes. Los demás lo imitaron, pero con un peso extra.
Tranquilos, el viaje de regreso es el mismo, pero se siente más corto.
Are daba ánimos con una buena sonrisa.
¿Podemos fiarnos de ti?
Jey fue directa.
Claro, no pienso hacerles nada.
Fue extraña esa pregunta.
Comentó Juria.
No te preocupes, podemos parecer raros, extraños y hasta cierto punto, locos. Pero somos buenas personas.
Jey estaba segura, la firmeza con la que decía las palabras, mostraba su lealtad, parecía por mucho, uno de los más cuerdos. Si no es que era él, el único cuerdo.
Regresaron a un paso más rápido, el atardecer se podía sentir, las sombras cambiaban a naranjas, amarillos e incluso rojos entre las vivas hojas color verde.
Cuando llegaron, nadie estaba en sus cuartos.
Qué raro, ¿dónde pueden estar?
Preguntó Jey dejando las cosas en la cocina.
Ni idea, puede que en el cuarto de cristal.
La opinión de Are tenía más credibilidad.
Cierto, dejemos las cosas y vamos.
Después de acomodar la comida en sus lugares, se dirigieron al enigmático cuarto.
No están, ¿dónde están?
Preguntó Juria.
Es muy raro.
Dijo Jey.
Pero que impuntuales son.
Brun estaba atrás con su aparto puesto.
¿Dónde están? ¡Los hemos buscado!
Practicando, acabamos de regresar.
Bueno regresamos, supuse que se tardarían más, así que yo y Cat los fuimos a entrenar. Nada nuevo, no se preocupen.
Mar estaba llegando desde arriba.
Debiste haberme avisado.
Are estaba un poco furioso.
Lo siento, pero no quería que se apresuraran y tenía que enseñarle a Shpan usar el aparato…  Además no te tengo que dar explicaciones.
Mar estaba jugando.
¿Qué les pareció el lago?
Cat llegaba con los demás.
Hermoso.
Dijo Jey.
Me alegro, entonces. ¿Listos para las respuestas?
Todos sabían de qué hablaba.
Bueno, al cuarto.
Camino y su chamarra grande color negro y tela ligera se levanto flotando, como si las sombras estuvieran detrás de él.
Lo siguieron, no tenían más dudas de Mar, ni Cat, ni Are.